El Codex Rossanensis o Codex Purpureus Rossanensis (Gregory-Aland Σ o 042; von Soden ε 18) es un manuscrito bíblico iluminado del siglo vi. Es un objeto suntuoso, realizado en pergamino purpúreo y escrito en letras de plata y oro. Contiene el Evangelio de Mateo y parte del de Marcos. Fue descubierto en 1845 en la Catedral de Rossano y se conserva en el Museo Diocesano e del Codex. Desde 2015, está inscripto en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco.
El códice está formado por 188 folios de pergamino purpúreo de 25×30 cm, aunque se cree que originalmente eran algo más grandes.[1][2] Contiene el Evangelio de Mateo completo y el de Marcos hasta el versículo 16:14.[1][3]
El texto, dispuesto en dos columnas de veinte líneas por página,[4] está escrito en griego en uncial bíblica, salvo la Epístola a Carpiano, los fragmentos resaltados y la página 241, donde se usaron otras caligrafías.[5][2] Las primeras tres líneas de cada columna del inicio de cada evangelio están escritas con tinta de oro, el resto, en tinta de plata.[2] Los ocho primeros folios están decorados, en el borde superior, con doce miniaturas de escenas relativas a la Semana Santa.[3][6] Debajo de diez de ellas,[3] figuran profetas que sostienen rollos con fragmentos de la Septuaginta.[6][7] En el folio 5r se ven los bustos de los cuatro evangelistas dispuestos en círculo, imagen que probablemente se encontraba antes de los Cánones eusebianos.[3] La miniatura que representa el Juicio de Pilato (ff. 8r-v) y el retrato del evangelista Marcos, ubicado frente al comienzo de su evangelio (f. 121r), son a toda página.[6][3] Se cree, sin embargo, que el retrato es un agregado posterior.[3]
Su lectura es similar a la de los códices Sinopensis y Petropolitanus Purpureus.[8][1] Según Kurt Aland, el texto es de tipo bizantino y se ubica en la Categoría V.[4]
Historiadores de arte y críticos bíblicos concuerdan en que fue realizado a principios del siglo vi, pero no hay consenso sobre su lugar de origen: se sugieren indistintamente scriptoria en Constantinopla, Antioquía y Jerusalén.[9][6] Es, junto al Codex Sinopensis, uno de los manuscritos iluminados del Nuevo Testamento más antiguos.[10] Fue descubierto dentro del tesoro de la Catedral de Rossano por el periodista napolitano Cesare Malpica en 1845.[11]
Con motivo de una exposición dedicada al arte bizantino realizada entre 1905 y 1906 en la abadía de Grottaferrata,[12] el historiador de arte Antonio Muñoz analizó el codex y tomó varios cromotipos.[13] En 1907 publicó el resultado de su trabajo, Il codice purpureo di Rossano e il frammento sinopense,[14] libro con fotografías de las miniaturas cuyo planteamiento principal es que las corrientes más importantes en el arte paleocristiano y medieval europeos tienen un origen bizantino.[15]
El Codex Rossanensis se conserva en el Museo Diocesano e del Codice,[16] ubicado en el palacio episcopal de la catedral.[17] En 2015 la Unesco lo incluyó en su Registro de la Memoria del Mundo.[18]