Cocottes era una denominación para prostitutas de lujo o cortesanas en Francia durante el Segundo Imperio y la Belle Époque, también conocidas como demi-mondes y grandes horizontales.[1] Cocotte era originalmente en francés un término cariñoso para denominar a los niños pequeños, pero empezó a ser utilizado para denominar a las prostitutas más elegantes en la década de 1860. [2] El nombre también fue empleado en el imperio alemán y la república de Weimar (Kokotte).[3][4]
Para algunas jóvenes, convertirse en cocotte era también una manera de conseguir comodidad financiera antes de sentar cabeza y contraer matrimonio. Algunas consiguieron retener su fortuna, otras murieron en la miseria, otras finalmente, como Sarah Bernhardt, que comenzó como una cocotte, se convertían en actrices aduladas.[5]
Para un hombre rico del periodo, mantener una cocotte era visto como símbolo de su alto estatus y virilidad. Admiradas y criticadas, las cocottes eran elegantes, a la moda y extravagantes, los periódicos informaban sobre su ropa, fiestas y asuntos.[6]
Varios autores de finales del siglo XIX y principios del XX escribieron sobre cocottes, por ejemplo Émile Zola con Nana. Esta novela describe la vida y destino trágico de una prostituta callejera que asciende hasta convertirse en una cocotte, y que en su camino arruina a los hombres poderosos que conoce.[7]
Famosas cocottes fueron Cora Pearl (1835-1886; entre sus protectores se incluyeron el príncipe Napoleón y el duque de Morny) o Laure Hayman (1851-1932; que mantuvo amoríos con Paul Bourget, rey de Grecia, el príncipe Karageorgevich y el príncipe Carlos de Fürstenberg).[8] Varias mansiones de París fueron construidas para "cocottes", como la de la Païva en los Campos Elíseos.[9]