La cera[1] es una membrana carnosa, con el aspecto de una hinchazón suave, que se encuentra en la parte superior del pico de algunas aves, como periquitos, palomas, algunos loros, halcones y págalos, entre otras. La cera desempeña un papel en la indicación de la etapa reproductiva de ciertas aves dimorfas y desempeña una función en la respiración.
La cera se encuentra situada en la parte superior del pico,[2][3] a menudo con una textura cerosa. Su color puede variar de unas especies a otras y también según la estación del año.[4] La cera rodea las narinas. La forma de la cera varía también según la especie, así, por ejemplo, en los halcones la apertura de la cera tiene una forma casi circular.[2]
Las narinas se encuentran situadas en el interior de la cera y se unen con el interior del pico, que a su vez está relacionado con el sistema respiratorio.[5] Así, la cera desempeña un papel importante en la respiración y la protección de las narinas.
Los periquitos australianos (Melopsittacus undulatus) presentan un claro dimorfismo sexual y la cera de los machos se vuelve azul brillante al alcanzar la madurez, mientras que la de las hembras se vuelve bronceada.[4] La cera de los periquitos hembras también aparecen arrugados en mayor grado durante los períodos de fertilidad. Los ejemplares inmaduros tienen la cera lisa y de color rosa pálido.[4]
El color o la ausencia de la cera se puede utilizar para distinguir entre machos y hembras en algunas especies. Por ejemplo, el macho del hocofaisán (Crax rubra) tiene una llamativa cera de color amarillo, mientras que la hembra (o los machos jóvenes) carecen de ella.[6]