El Centro de Investigaciones Nucleares (CIN) de Uruguay es una institución destinada a la investigación y la educación en ciencias nucleares. Fundado en 1966, el CIN se estableció como un instituto multidisciplinario a través de un convenio entre la Universidad de la República y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Desde su creación, ha desempeñado un papel fundamental en la formación de recursos humanos y en la realización de investigaciones tanto básicas como aplicadas en diversas disciplinas, incluyendo biomedicina y tecnología nuclear.[1] Al crearse la Facultad de Ciencias en 1990, el Consejo Directivo Central de la UdelaR decidió la incorporación del CIN como instituto de la misma.[2]
Los objetivos del CIN son:[1]
El centro cuenta con aproximadamente 50 empleados, de los cuales más del 54% son posgraduados en áreas como Química, Biología o Biotecnología. Además, alberga a estudiantes en diversas etapas de su formación académica.[3][1]
El CIN se destaca por sus líneas de investigación en:[1]
También es el único centro en Uruguay que opera bajo el régimen de salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), lo que subraya su compromiso con la seguridad y la responsabilidad en el uso de materiales radiactivos.[1]
El CIN está ubicado en Montevideo, cerca de la Facultad de Ciencias. Aunque anteriormente contaba con un reactor nuclear para investigación, este fue desmantelado en 1985 debido a problemas estructurales. Desde entonces, el centro ha continuado su labor educativa e investigativa sin este equipo.[4]
En 1964, en la convención "Átomos para la Paz", Uruguay adquirió un pequeño reactor nuclear de 10 kW que posteriormente se instaló en el CIN y fue puesto en marcha recién en el año 1978.[5] Su objetivo era formar recursos humanos en el manejo de reactores nucleares. El reactor se utilizó en los años 70 y 80 para que los técnicos uruguayos ganaran experiencia y verificaran las estrictas medidas de seguridad supervisadas anualmente por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).[4]
El reactor utilizaba aproximadamente tres kilos de uranio enriquecido al 20%, y de 10 a 15 kilos de combustible nuclear. También era problemático el manejo del material irradiado y contaminado que debía ser almacenado.[4] Sin embargo, hubo complicaciones, como los costos de seguridad para el CIN y la vigilancia constante del material radioactivo. Además, hubo problemas con los vecinos de Malvín Norte, donde está ubicado el CIN.[4] Un incidente notable involucró a unas ovejas utilizadas en investigaciones que fueron robadas y comidas.[4]
El reactor se deterioró (oxidándose) y dejó de ser utilizado en 1985,[5] pero el problema del manejo del material radioactivo persistió. En 1998, Estados Unidos ofreció retirar el reactor y el material radioactivo, lo cual se hizo en secreto durante la madrugada debido a preocupaciones de seguridad, principalmente los estadounidenses temían el diseminado de uranio enriquecido que posteriormente pudiera caer en manos de terroristas.[4] Intentos de crear un centro de investigación nuclear en 1986 y una planta en Paso de los Toros en 1991 no se concretaron por falta de presupuesto y seriedad.[4]
El CIN también participa activamente en programas académicos relacionados con licenciaturas en biología, bioquímica, geología, recursos naturales, biología humana y física.[2]Además de formación técnica especializada en radioisótopos.[2]