El censo de los Obispos es un registro elaborado en la Corona de Castilla en 1587.
La elaboración del censo se comenzó a acometer a finales de 1586, bajo el reinado de Felipe II.[1] Se recurrió a los obispos de la Corona de Castilla para que informasen de cuántos vecinos había en cada diócesis.[1] Se considera el segundo censo más antiguo de entre los esbozados en Castilla, tan solo por detrás del de Pecheros, pero a los datos no se les presupone mucha fiabilidad, con la excepción de los de algunas diócesis.[2]