Celeste Woss y Gil

Summary

Celeste Agustina Woss y Gil (Santo Domingo, 5 de mayo de 1891 – ibidem, 1985) fue una pintora, educadora, activista feminista y una mujer intelectual dominicana, con dominio del francés y el inglés, reconocida como una de las artistas más influyentes de principios del siglo XX en la República Dominicana, además de una maestra de las artes plásticas dominicana.[1][2]

Celeste Woss y Gil
Información personal
Nombre de nacimiento Celeste Agustina Woss y Gil
Nacimiento 5 de mayo de 1891
Santo Domingo, República Dominicana
Fallecimiento 1985
Santo Domingo, República Dominicana
Nacionalidad Dominicana
Educación
Educada en Academia de Bellas Artes de Cuba; Art Students League of New York; National Academy of Design
Información profesional
Ocupación Pintora, educadora, activista feminista
Movimiento Academicismo dominicano
Género Retrato Ver y modificar los datos en Wikidata

Su estilo de carácter académico fusionó influencias postimpresionistas europeas y supo imprimir un marcado acento caribeño en varias de sus obras. Destacó por sus desnudos femeninos y masculinos, en los que demostró dominio de la anatomía, así como por escenas de mercados populares. En 1924 se convirtió en la primera mujer dominicana en realizar una exposición individual de su obra.[1]

También es recordada por su labor docente. Fundó una escuela de arte en 1924 en la ciudad de Santo Domingo y, años más tarde, en 1931, una academia de dibujo y pintura. En 1942 fue llamada a integrar el cuerpo docente de la recién inaugurada Escuela Nacional de Bellas Artes de la República Dominicana, institución de la cual llegó a ser directora.[1]

Biografía, Vida Familia y Formación

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Celeste Woss y Gil circa 1920

Celeste Woss y Gil pertenecía a una distinguida familia dominicana. Su padre, Alejandro Woss y Gil, se dedicó a la política durante el periodo conocido como la Segunda República, caracterizado por la inestabilidad y diversos episodios de violencia. Antes de que ella naciera, en 1885, asumió la presidencia de la República Dominicana con apenas 29 años de edad.

Un año antes, Alejandro Woss y Gil y su prometida, María Ricart (hija de Antonio Ricart y Celina Pou), residieron en Francia, donde ella estaba embarazada y dio a luz a su primer hijo, Sylvain Gil François Woss y Gil, nacido antes del matrimonio formal de la pareja. En febrero de 1884, en Saint-Denis, Francia, nació su primer hijo, Sylvain Gil François Woss y Gil. Ese mismo año, el 26 de octubre de 1884, la pareja contrajo matrimonio en la iglesia de Santa María de la Encarnación de Santo Domingo. El nacimiento en Francia y el matrimonio posterior respondieron a la necesidad de preservar la reputación familiar en un contexto social conservador de finales del siglo XIX. Quizás por esos vínculos tempranos con Francia, este país fue considerado más tarde como destino natural para el exilio de la familia tras la caída de Woss y Gil a principios del siglo XX.

En 1903, en medio de una situación de crisis económica y bajo la amenaza de intervención estadounidense, Alejandro Woss y Gil encabezó un golpe de Estado que derrocó al general Horacio Vásquez. Tras varias semanas de combates, Vásquez renunció a la presidencia el 23 de abril de 1903. En las elecciones convocadas para junio de ese mismo año, Woss y Gil resultó electo como candidato único y asumió la presidencia constitucional el 1 de agosto de 1903. Sin embargo, tres meses después estalló en San Felipe de Puerto Plata una revolución encabezada por el gobernador Carlos Morales Languasco, líder de la Revolución Unionista y respaldado por los Estados Unidos. Ante esta situación, Woss y Gil abandonó el país el 24 de noviembre de 1903.

Este exilio permitió que Celeste y sus hermanos recibieran educación en París, algo excepcional para una familia dominicana de la época. La capital francesa era entonces un centro de intensa vida cultural y artística. Más tarde se trasladan a Cuba, donde su padre se dedicaba al comercio, según registros de la época, en 1910 la familia Woss y Gil residía en Santiago de Cuba, en la calle San Pedro Alta #12, en un país vecino que contaba entonces con una destacada comunidad dominicana.

En la ciudad de Santiago de Cuba, Celeste inició su formación artística junto a su hermana en la Academia de Pintura dirigida por José Joaquín Tejada, donde destacó desde el inicio y participó en su primera exposición.

En Santiago de Cuba residía el pintor dominicano Luis Desangles (1861-1940), exiliado desde la década de 1890 y quien fue director de la Academia Municipal de Bellas Artes. Mantenía trato con la familia Woss y Gil y en 1903 realizó un lienzo con motivo de la toma de posesión presidencial de Alejandro Woss y Gil, lo que documenta el vínculo entre el artista y el entorno familiar de Celeste.

El contexto cubano ofrecía además antecedentes de participación femenina en el campo artístico. La dominico-cubana Adriana Billini desarrolló allí su carrera y fue la primera mujer en Cuba en ejercer la docencia de artes plásticas en instituciones cubanas, contribuyendo a la visibilización del trabajo de las mujeres en ese ámbito.

La etapa francesa y la cubana colocaron a Woss y Gil en medios urbanos con instituciones artísticas consolidadas (academias, salones y prensa especializada) y con presencia de redes dominicanas en el exterior, factores que ampliaron su horizonte formativo y su comprensión del lugar de la mujer en la vida cultural de comienzos del siglo XX. Las experiencias vividas en Francia y Cuba permitieron a Celeste Woss y Gil construir una visión más amplia sobre el papel de la mujer en la sociedad moderna de la época, a lo que se sumó también su experiencia en Estados Unidos.

Regreso de la familia y viaje a Nueva York

Aprovechando que la República Dominicana se encontraba bajo un gobierno militar de ocupación estadounidense (1916-1924), la familia Woss y Gil regresó al país entorno a 1920, al considerar que el contexto político podía ofrecer mayor seguridad para Alejandro Woss y Gil, su padre. Durante este periodo, y en atención al talento artístico de Celeste, la familia decidió enviarla a los Estados Unidos. A finales de diciembre de 1920, su madre emprendió viaje junto a ella desde Santo Domingo con destino a Nueva York, para que continuara su formación artística. El 29 de diciembre de 1920 ambas embarcaron a bordo del S.S. Marina, iniciando así la etapa de estudios de Woss y Gil en la Art Students League.

Entre 1921 y 1923 residió en la ciudad de Nueva York . En 1923 su obra se exhibió por primera vez en Estados Unidos, en una muestra colectiva de la Art Students League. Esta etapa norteamericana le permitió ampliar su formación, establecer vínculos en el medio artístico y comenzar a ganar reconocimiento fuera de su país.

También en 1923, su padre, Alejandro Woss y Gil, fue designado como el primer presidente de la Junta Central Electoral (JCE) de la República Dominicana, con la responsabilidad de organizar las elecciones de 1924, en las que resultó electo Horacio Vásquez.

El retorno de Celeste a Santo Domingo

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Celeste Woss y Gil en su taller circa 1924
 
Obras Celeste Woss y Gil circa 1924
 
Retrato masculino, 1922
 
Retrato de un Gitano
 
Retrato de un hombre escocés

En 1924 Celeste Woss y Gil, luego de completar sus estudios, regresó a su patria con una visión diferente a la de muchas mujeres dominicanas de su época. Al llegar, inició de inmediato aportes significativos en la ciudad de Santo Domingo, tras un exilio forzado que, sin embargo, resultó decisivo para su formación y proyección artística. Ese mismo año abrió su Estudio-Taller en la calle Arzobispo Meriño e inmediatamente inauguró el espacio con una exposición individual. Este hecho la convirtió en la primera mujer dominicana en realizar una muestra dedicada exclusivamente a su obra. Hasta entonces, ninguna artista se había atrevido a organizar una exposición individual, ni a fundar una escuela, y mucho menos a abrir un taller de arte propio, como solían hacerlo los varones de su época.

Viaje a Nueva York y especialización en anatomía (1928-1931)

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Celeste Woss y Gil regresó a la ciudad de Nueva York en 1928 con el propósito de estudiar anatomía artística, una disciplina de difícil acceso para las mujeres porque el desnudo estaba socialmente vedado. Sin embargo, en la National Academy of Design pudo realizar esta especialización trabajando con modelos desnudos. Allí fortaleció sus conocimientos de la anatomia humana esto permitió a Celeste iniciar un nueva etapa en sus trabajos, la del desnudo artístico, muy controversial para la época en un contexto isleno. Tras permanecer en Nueva York hasta finales de 1930, Celeste Woss y Gil regresó a Santo Domingo el 8 de enero de 1931 a bordo del S.S. San Lorenzo. Poco después abrió una nueva Academia de Dibujo y Pintura, en la que introdujo por primera vez en el país el uso de modelos desnudos en la enseñanza artística, práctica que marcaría un cambio fundamental en la formación de los jóvenes artistas dominicanos. Testimonios de antiguos alumnos como Enrique Coiscou Weber permiten ubicar con precisión la sede de su Academia de Dibujo y Pintura en la calle Luperón de Santo Domingo, en la Ciudad Colonial.

Las ganas de aprender todo sobre arte la llevaron a conversar con su colega Abelardo Rodríguez Urdaneta, considerado un maestro en el modelado en arcilla, para que le transmitiera nociones de escultura. Es posible que realizara ejercicios de aprendizaje en arcilla como parte de su formación, aunque no llegó a desarrollar obras escultóricas de carácter monumental ni una producción reconocida en ese género. Sin embargo, esos conocimientos le sirvieron para ampliar su formación en las artes plásticas y fortalecer su visión integral de la creación artística.

Tras la muerte de Abelardo Rodríguez Urdaneta en 1933, su academia pasó a convertirse en el principal centro de enseñanza artística de Santo Domingo hasta la creación de la Escuela Nacional de Bellas Artes una década más tarde. A partir de ese momento, Celeste Woss y Gil pudo compartir su visión cosmopolita junto a colegas europeos —con quienes estaba a la par en formación y nivel— y reorientó la enseñanza artística mediante métodos innovadores, entre ellos el dibujo y la pintura de la figura humana del natural, alejados de los prejuicios sociales de la época. Durante el régimen de Rafael Leónidas Trujillo, Celeste Woss y Gil contó con cierta protección oficial, pues el dictador mantenía simpatía hacia su familia. En ese contexto, el régimen la tomó en consideración para participar en los principales eventos culturales de la época.

Su producción pictórica es muy variada y abarca desde retratos, paisajes, desnudos y escenas de la vida cotidiana. En 1939 presentó la obra El vendedor de andullos en la Exposición Mundial de Nueva York, donde recibió una Medalla de Honor. También participó en exposiciones en Cuba, México, España y Estados Unidos, durante la dictadura trujillista, la cual apoyó a varios artistas dominicanos a través de sus políticas culturales nacionalistas. Sin embargo, esto no significaba que dichos artistas fueran simpatizantes del régimen.

Activismo social

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Obra de Celeste Woos y Gil El vendedor de Andullo, 1939
 
Celeste Woss y Gil, mujer fumando
 
New York desde la ventana
 
Autorretrato
 
Obra de Celeste Woos y Gil
 
Obra de Celeste Woos y Gil Mujer reposo

Participó activamente en el movimiento feminista dominicano. En 1927 cofundó el Nosotras Club junto a Abigaíl Mejía, Delia Weber y otras intelectuales, primer organismo feminista del país.[3]​ Este espacio fue fundamental porque abrió debates y conferencias sobre la emancipación de la mujer dominicana y marcó un hito en la organización de mujeres en torno a causas sociales y políticas.

Tras su regreso de los Estados Unidos en 1931, Celeste Woss y Gil se integró a la Acción Feminista Dominicana (AFD), organización creada ese mismo año. La AFD reunía a mujeres de clase media y profesionales con el objetivo de impulsar el desarrollo intelectual, social, moral y jurídico de la mujer.[4][5]​ Su incorporación no fue fortuita: durante sus estancias en Nueva York había entrado en contacto con un contexto cultural donde el sufragio femenino ya era una realidad desde 1920. Esa experiencia, sumada a su trayectoria educativa y artística, la vinculó naturalmente a un movimiento que en la República Dominicana luchaba por la igualdad de derechos.

El régimen de Rafael Leónidas Trujillo apoyó la iniciativa como parte de una estrategia política, ya que en las elecciones siempre resultaba electo él mismo o alguno de sus allegados. No obstante, más allá de su uso táctico en el contexto dictatorial, la conquista del voto femenino en 1942 se consolidó como un derecho permanente consagrado en la legislación dominicana, aunque el triunfo electoral recayó nuevamente en el dictador.

La trayectoria de Woss y Gil en estas agrupaciones muestra que su papel no se limitó al arte y la docencia, sino que también contribuyó al fortalecimiento de la participación femenina en la vida pública y cultural de la República Dominicana.

Su papel entre los años 30 y 60

La carrera artística de Celeste Woss y Gil comenzó verdaderamente en la década de 1930, aunque ya en 1926 era reconocida como una artista talentosa. En marzo de 1926, la prensa dominicana ya la reconocía como una “laureada artista del lienzo y de la paleta”, al reseñar su regreso a Santo Domingo junto a su madre, María Ricart de Woss y Gil, tras una delicada operación quirúrgica practicada en Santiago de los Caballeros por el Dr. Grisolia apareció publicada en la revista La Opinión. Revista Semanal Ilustrada, en su edición Vol. 17, Núm. 160, Santo Domingo, 27 de febrero de 1926. Este testimonio temprano confirma tanto su prestigio artístico como el estatus social de su familia. Fue en esos años cuando consolidó su fama, convirtiéndose en una de las figuras más destacadas de la pintura dominicana. Su estilo se caracterizó por una visión moderna y sensible del retrato y del desnudo femenino, lo que la posicionó como pionera en un ámbito tradicionalmente reservado a los hombres.

Asimismo, Celeste aparece registrada en 1927 como receptora del Boletín del Archivo Nacional de Caracas, publicación oficial enviada a bibliotecas, archivos y escritores del país y del extranjero, lo que demuestra su inclusión en redes intelectuales y culturales internacionales desde muy temprano.

En el plano internacional, su óleo El vendedor de andullos fue galardonado con la Medalla de Honor en la Exposición Mundial de Pintura de Nueva York en 1939, obra que hoy forma parte de la colección del Art Museum of the Americas (OEA). Tres años más tarde, en 1942, fue profesora fundadora de la Escuela Nacional de Bellas Artes, institución que marcaría un hito en la profesionalización del arte dominicano.

Tras haber perdido a su padre en enero de 1932, Celeste enfrentó una nueva tragedia con la muerte de su madre. El 27 de diciembre de 1940 falleció en la ciudad de Trujillo (hoy Santo Domingo) María Ricart viuda Woss y Gil, a los 79 años de edad. Su deceso, ocurrido en su residencia de la casa N. Penson #68, fue atribuido a un colapso cardíaco.

Durante las décadas de 1940 y 1950, su influencia se extendió más allá de la pintura: como docente y directora de la Escuela Nacional de Bellas Artes, formó a una generación de artistas dominicanos que marcaron la plástica del país en la segunda mitad del siglo XX. Entre sus alumnos estuvieron nombres tan relevantes como Gilberto Hernández Ortega y Paul Giudicelli.

En 1948 integró la Junta Directiva del Dominican-American Cultural Institute, fundado en Ciudad Trujillo en 1946 como un espacio de intercambio cultural entre la República Dominicana y los Estados Unidos. El instituto ofrecía clases de idiomas, conferencias, conciertos, cine y actividades sociales, además de contar con una biblioteca y una sección de música. La participación de Woss y Gil en esta institución refleja su vínculo con proyectos educativos y culturales de alcance binacional, más allá de su labor como pintora y docente.

Su activismo feminista también alcanzó proyección continental. En 1949 integró la delegación dominicana a la XI Asamblea de la Comisión Interamericana de Mujeres, junto a Minerva Bernardino, Urania Montás, Ernestina Guzmán de Mejía y otras destacadas representantes. Este rol diplomático confirma su implicación no solo en el arte y la docencia, sino también en la lucha por los derechos de la mujer en foros internacionales.

Hacia finales de los años 50 y durante los 60, Woss y Gil ya era reconocida como “la hija predilecta” de la pintura dominicana, no solo por su obra, sino también por el rol fundamental que jugó en la institucionalización del arte en República Dominicana y en la apertura de espacios para la mujer en las artes.

En 1951 fue mencionada entre los artistas dominicanos convocados para representar al país en la I Bienal Hispanoamericana de Arte en Madrid, junto a Jaime Colson, Darío Suro, Gilberto Hernández Ortega, Clara Ledesma, Ada Balcácer y otros. Este evento, organizado bajo el franquismo con el apoyo del régimen de Trujillo, abrió una ventana de proyección internacional para el arte dominicano en la posguerra.

Crítica y reconocimiento

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Durante la década de 1940, su obra fue analizada por críticos como Rafael Díaz Niese, quien publicó reseñas en la revista Cuadernos Dominicanos de Cultura. En 1943 algunas de sus obras pasaron a formar parte de la colección de la Galería Dominicana de Arte Moderno. Participó en la Primera Exposición Nacional de Artes Plásticas y en la Segunda Bienal Nacional de Artes Plásticas (1944), donde recibió un premio de pintura.  

En 1945 participó en la Feria del Libro celebrada en México y en 1948 formó parte del jurado de la Cuarta Bienal Nacional de Artes Plásticas de República Dominicana. En 1950 asistió a la Primera Exposición Bienal Hispanoamericana de Arte en Madrid, junto a José Vela Zanetti y sus alumnas Noemí Mella, Ada Balcácer y Clara Ledesma.  

Su trayectoria recibió también reconocimientos oficiales: fue condecorada con la Orden al Mérito Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Comendador, una de las más altas distinciones del Estado dominicano.

La crítica posterior, entre ellos Danilo de los Santos y Aída Cartagena Portalatín, resaltó su papel en la formación de varias generaciones de artistas dominicanos.

Fallecimiento

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Murió en Santo Domingo en 1985, en su casa ubicada en el exclusivo sector de Gazcue, a los 94 años, luego de varios años de servicio que transformaron el papel de la mujer en el arte dominicano.[1]

Legado

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Su presencia y participación activa en la vida cultural dominicana permitió dar visibilidad a la mujer artista desde el punto de vista de la profesionalización. Hasta entonces, la práctica de la pintura entre mujeres se entendía sobre todo como una actividad recreativa o social. Aunque gran parte del alumnado de las escuelas de arte —incluida la de Abelardo Rodríguez Urdaneta— estaba conformada por mujeres, ninguna había hecho carrera profesional en las artes hasta la llegada de Celeste Woss y Gil. Su ejemplo abrió el camino a nuevas generaciones, entre ellas Clara Ledesma y Ada Balcácer, quienes lograron proyectarse como artistas consolidadas en el panorama nacional e internacional.

Su influencia se extendió a lo largo de varias décadas, consolidándose como una de las principales referencias de la plástica dominicana del siglo XX.

Galería de Obras

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Referencias

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  1. a b c d «CELESTE WOSS Y GIL - Arts of the Americas». www.oas.org. Consultado el 14 de noviembre de 2021. 
  2. Danilo de los Santos. Memoria de la Pintura Dominicana. Grupo León Jimenes. Santo Domingo, 2003. Vol. 2, p. 58.
  3. Danilo de los Santos. Memoria de la Pintura Dominicana. Grupo León Jimenes. Santo Domingo, 2003. p. 24.
  4. Arregui, Mariví. "Trayectoria del Feminismo en la República Dominicana." Ciencia y Sociedad. Vol. XIII, n.º 1, 1988, p. 11.
  5. Arregui, Mariví (enero-marzo 1988). «Trayectoria del feminismo en la República Dominicana». Ciencia y Sociedad XIII (1): 9-17. 

Bibliografía

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  • Cartagena Portalatín, Aída. Galería Nacional de Bellas Artes. Catálogo. Colección BALUARTE. No. 13. Ediciones BRIGADAS DOMINICANAS. Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos. Dirección General de Bellas Artes. Editora Arte y Cine C. por A. Santo Domingo, República Dominicana, 1964.
  • De los Santos, Danilo. Memoria de la Pintura Dominicana. Tomo 2. Impulso y desarrollo moderno 1920-1950, Colección Centenario. Grupo León Jimenes. Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 2003.
  • Díaz Niese, Rafael. Tres Artistas Dominicanos. I Celeste Woss y Gil. II Darío Suro. III Bienvenido Gimbernard. Cuadernos Dominicanos de Cultura, No. 1. Septiembre 1943. Edición del Banco de Reservas de la República Dominicana. Reimpresión, Santo Domingo, 1997.
  • Gerón, Cándido. Maestros de la pintura dominicana. Editora Corripio C. por A., República Dominicana, 2009.
  • Miller, Jeannette. La mujer en el arte dominicano (1844-2000). Banco del Progreso. Amigo del Hogar. Santo Domingo, República Dominicana, 2005.
  • Rodríguez Demorizi, Emilio. Pintura y escultura en Santo Domingo. Colección Pensamiento Dominicano. Julio E. Postigo e Hijos Editores. Santo Domingo, República Dominicana, 1972.
  • Valldeperes, Manuel. El arte de nuestro tiempo. Colección Pensamiento Dominicano. Librería Dominicana, Ciudad Trujillo, República Dominicana, 1957.