El Castro del Pedroso —también citado como Castro de Peña la Marra— es un yacimiento arqueológico correspondiente a un poblado fortificado de la Prehistoria reciente, situado en el término de San Martín del Pedroso, municipio de Trabazos (Zamora, Castilla y León, España). Se emplaza sobre un cerro de planta irregular en la margen derecha del río Manzanas, frente a la frontera portuguesa de Quintanilha (La Raya).[1] En 2009 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de zona arqueológica por la Junta de Castilla y León.[2]
Castro del Pedroso | ||
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Castro de Peña la Marra; «El Pedroso» | ||
Ubicación | ||
Continente | Europa | |
Región | Península ibérica | |
Cordillera | Sierra de la Culebra / Aliste | |
País |
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División | Castilla y León | |
Subdivisión | Zamora | |
Municipio | Trabazos | |
Localidad | San Martín del Pedroso | |
Historia | ||
Tipo | Castro / Zona arqueológica | |
Uso original | Asentamiento fortificado | |
Época | Neolítico final – Calcolítico – Bronce inicial | |
Cultura | Poblados fortificados del occidente zamorano | |
Descubrimiento y hallazgos | ||
Otros materiales | Mampostería de granito y lajas | |
Gestión | ||
Acceso público | A pie desde San Martín del Pedroso (pista forestal) | |
Mapa de localización | ||
En la bibliografía y documentación administrativa aparece como Castro de «El Pedroso» (topónimo del monte) y como Castro de Peña la Marra.[3]
El enclave se sitúa a las afueras de San Martín del Pedroso (Trabazos), sobre un cerro con dominio visual del valle del Manzanas y de los pasos que comunican Aliste con Tras-os-Montes (Portugal).[1][4] El paisaje es de monte bajo (jaras, escobas) y robledales atlánticos, con tramos rocosos graníticos propios del occidente zamorano.[1]
El castro ocupa la cima de un cerro de planta irregular delimitada por una muralla perimetral (en seco) reforzada con lajas en algunos puntos. En el sector occidental se documenta la mayor concentración de restos cerámicos —probable área de viviendas— y en el interior, adosada a la muralla, se reconoce una estructura circular.[1] La muralla se adapta a los afloramientos graníticos y aprovecha las defensas naturales del escarpe.[4] La superficie del recinto amurallado ronda las 3 hectáreas.[1]
La datación propuesta —a partir de materiales de superficie— sitúa la ocupación entre el Neolítico final y el Bronce inicial, con posible prolongación hasta momentos de la Edad del Hierro.[1] La documentación de cerámica prehistórica y una intensa producción lítica (puntas de flecha, hachas pulidas, molinos de mano) refuerza su adscripción a los poblados fortificados de la Prehistoria reciente en la Meseta occidental.[2][3] Se ha señalado su relación cultural con castros vecinos del área transfronteriza portuguesa.[1]
En la vertiente meridional del cerro, dentro del área protegida, se localiza un conjunto de grabados rupestres esquemáticos en una cavidad natural —conocida tradicionalmente como «Casa del Moro»— descritos por la arqueología como un «santuario» vinculado al poblado.[2] Incluye trazos lineales, cazoletas y motivos cruciformes muy desgastados.[1][3]
El yacimiento fue citado por la erudición provincial y estudiado en detalle por Ángel Esparza Arroyo en 1977 (BSAA, Universidad de Valladolid), con descripción de la muralla, áreas internas y de las insculturas rupestres.[3] La incoación de expediente de protección se produjo en 1980 por la Dirección General de Bellas Artes; la declaración como BIC (Zona Arqueológica) fue aprobada por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León el 2 de julio de 2009 (Acuerdo 74/2009).[2][5]
El estado es ruinoso, con derrumbes de la muralla y vegetación densa que dificulta la lectura de estructuras. El acceso se realiza por pista forestal desde San Martín del Pedroso y un tramo final a pie; no cuenta con infraestructuras museográficas.[1][4]
El sitio está protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de zona arqueológica (Acuerdo 74/2009, BOCyL 8-7-2009; BOE 1-8-2009). La delimitación oficial incluye el cerro, el santuario rupestre y zonas extramuros con evidencias arqueológicas, con un ámbito protegido de 260 hectáreas.[2] La gestión se rige por la Ley 12/2002, de Patrimonio Cultural de Castilla y León y por la Ley 16/1985, de Patrimonio Histórico Español.[6][7]