El castillo de la Mola está ubicado sobre un pequeño cerro a 360 m de altitud con relación al mar y dista 3 km de la población de Novelda (provincia de Alicante, Comunidad Valenciana, España), en dirección noroeste. Desde este cerro domina visualmente el valle medio del Vinalopó y forma parte de la red de castillos y torres que durante la Edad Media constituyeron un importante sistema de control y defensa del territorio andalusí frente a los reinos cristianos de Castilla y Aragón.
Castillo de la Mola | ||
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Bien de interés cultural | ||
![]() Torre cuadrada del castillo de la Mola | ||
Ubicación | ||
País |
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Comunidad |
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Provincia | Alicante | |
Localidad | Novelda | |
Coordenadas | 38°24′31″N 0°47′35″O / 38.40861111, -0.79291667 | |
Características | ||
Tipo | Castillo y Monumento | |
Parte de | Bienes de interés cultural de la provincia de Alicante | |
Construcción | Siglo X | |
Reconstrucción | Siglo XIV | |
Bien de interés cultural Patrimonio histórico de España | ||
Categoría | Monumento | |
Código | RI-51-0000370 | |
Declaración | 3 de junio de 1931 | |
Mapa de localización | ||
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En 1931 fue declarado Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional,[1] por lo que es Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.[2][3]
El primer asentamiento que conocemos se situaba en la ladera sur y correspondía a un poblado de la Edad de Bronce.
Es en época islámica (siglo X) cuando se construye y habita un recinto fortificado. Con la llegada de los almohades (siglo XII), el castillo se compone de dos recintos: el «albacar», espacio protegido por una muralla y utilizado como refugio por la población asentada en las alquerías rurales situadas en el valle de Novelda, y un segundo espacio formado por la fortaleza con una línea de muralla, varios torreones de defensa. Su planta es poligonal, con ocho cubos cuadrangulares en saliente, de los que actualmente sólo quedan cuatro, dos de ellos enmascarados. Tiene en su interior una torre cuadrada exenta de 9 m de lado por 11 de altura, en la actualidad desmochada al faltarle una altura, que cuenta con una sala inferior iluminada por una aspillera. Se entra en la torre por una puerta de medio punto y situada en altura. Todo ello es de fábrica de tapial, sobre base de mampostería.
A mediados del siglo XIII, el castillo de La Mola queda despoblado, al ser conquistado por las huestes cristianas del Infante don Alfonso de Castilla. Los musulmanes emigran o se asientan en lo que se convertirá en el actual centro urbano de Novelda, formando un núcleo importante de población mudéjar.
Tras la conquista del castillo por Alfonso de Castilla, tierras y fortaleza pasan a la Corona Castellana. Con la firma del Pacto de Elche en 1305, el castillo y sus dependencias pasan a la Corona Aragonesa, formando parte estas tierras del Reino de Valencia. Es entonces cuando la fortaleza es donada a Doña Blanca de Anjou, esposa de Jaime II de Aragón, y el castillo es nuevamente ocupado, ahora por población cristiana. Dada la importancia estratégica de la fortaleza, Jaime II de Aragón ordena la reconstrucción de sus deteriorados muros, realizándose durante el siglo XIV una serie de reformas en el recinto fortificado, y construyendo en su flanco noroeste la singular torre triangular. Esta torre, de 15 metros de lado por 17 metros de altura, no tiene paralelos conocidos hasta la actualidad; es de fábrica de mampostería, con refuerzo de sillería en las esquinas. Se accede a ella por una puerta de medio punto orientada al noroeste y situada en altura, de fábrica de sillería. Tiene dos plantas y su iluminación interior se realiza a través de varias aspilleras.
Durante los siglos XIV-XV, el castillo perteneció a diversas familias nobiliarias, siendo sus torres importantes elementos de defensa y comunicación desde donde se emitían señales visuales de humo para avisar del peligro de ataque a las poblaciones de Novelda y de los castillos de Petrel, Monforte del Cid, Agost y Aspe.
Las diferentes campañas de excavaciones llevadas a cabo en el interior del recinto fortificado nos han llevado a identificar diversas estancias domésticas, como aljibes, cocina con alacenas y bancos corridos, un espacio de almacenamiento de alimentos, sala de banquetes, cárcel y un molino, entre otras dependencias, que nos permiten conocer aspectos de la vida cotidiana de sus moradores en sus diversas etapas históricas, encontrándose todo ello documentado y expuesto en el Museo Histórico Artístico de Novelda.