Caso Pomar fue un proceso judicial argentino con que se caratuló la desaparición de la familia Pomar, que inició un viaje en automóvil el sábado 14 de noviembre de 2009 desde la localidad de José Mármol rumbo a Pergamino, Buenos Aires, sin llegar a destino. La familia estaba compuesta por Fernando Pomar, su esposa Gabriela Viagrán, y sus hijas menores Candelaria y Pilar.
Caso Pomar | ||
---|---|---|
Fecha | Noviembre de 2009 | |
Palabras clave | ||
Accidente automovilístico | ||
La familia Pomar estuvo desaparecida por 24 días, hasta que el martes 8 de diciembre de ese año las autoridades, alertadas por la denuncia telefónica de un albañil, hallaron los restos de los integrantes de la familia, dispersos alrededor de su propio automóvil, a cincuenta metros de la Ruta 31. Las pericias indicaron que sufrieron un accidente automovilístico el mismo día de su partida.[1] El caso conmovió al país y ocupó los principales diarios y noticieros.[2]
Un video de la cámara de seguridad de un puesto de peaje registró el paso de un automóvil marca Fiat Duna Weekend, color rojo, con la familia a bordo cerca de la ciudad de Luján a las 20:07 de Argentina, el 14 de noviembre. Este hecho derivó en un infructuoso rastrillaje policial para hallar a la familia.
Más adelante, un nuevo video de una cámara de seguridad de otro peaje registró a la familia.
Un hijo de un matrimonio anterior de Gabriela quedó a cargo de una familia amiga. Jorgelina, integrante de esa familia, especuló que si el caso es una fuga no hubiesen dejado a Franco (el hijo) a cargo de ellos ya que ella "es una madraza".
Luis estaba desocupado, y había concertado una entrevista laboral el lunes 16 en Pergamino.
Testigos y otra filmación hecha en una estación de servicio de Villa Regina (Río Negro) afirmaron verlos en esa provincia a bordo de un auto color rojo. Un pariente directo de la familia reconoció al padre de la familia en el video.
Los videos y mensajes de texto que mandó la familia a sus parientes en diferentes horarios, hicieron pensar a los investigadores que el auto iba lento, a unos 80 km/h aproximadamente, y que en un tramo de la ruta desaparecieron misteriosamente.
La fiscal Karina Pollice, a cargo de la causa, no tenía indicios sobre lo sucedido, pero descartó el accidente automovilístico. Analizaba, en cambio, la existencia de una supuesta "conflictividad familiar". Sin tener contacto con el área donde se les perdió el rastro, confió en la información de la policía bonaerense, abocada a rastrillajes.[3] Los investigadores del caso tenían seis conjeturas acerca del destino de la familia:
Esta teoría era improbable al haberse encontrado los documentos de identidad de las menores en la casa. Indocumentadas, ninguna aduana iba a dejarlas pasar. Además, habían hecho llamadas a celulares de los familiares avisando que ya iban llegando a destino.
La casa estaba en venta, y el padre desocupado desde mayo. No podía abonar la hipoteca. Esto sugirió que podía ocurrir que el prestamista que le dio el dinero fuera alguien peligroso.
Se pensó que el padre podría haber asesinado a su familia. Hay testigos que afirman que había desencuentros, pero que no eran tan extremos. Incluso pudo ser alguna expareja quien hubiera cometido el crimen, pero los cuerpos habrían aparecido en seguida.
De ser un secuestro, sus captores tendrían que haber pedido rescate. De ser secuestro express, sus cuentas bancarias tendrían que estar vacías. Los periodistas, buscando títulos y audiencia, crearon la hipótesis de una supuesta conexión de Fernando Pomar, que era químico, con el Cártel de Sinaloa (México).
Fue la verdadera causa de muerte de los Pomar, aunque luego de intensivos rastrillajes terrestres y aéreos por las rutas por donde se suponía que ellos circularían, la hipótesis quedó totalmente descartada por las autoridades policiales al no obtener ni una pista de la familia en cuestión, y enfocaron la búsqueda en los ríos y arroyos de la zona, suponiendo un homicidio.
En tal caso, el auto habría ido a un desarmadero y la familia, secuestrada o muerta, pero no había testigos.
La policía hizo varios rastrillajes por tierra con patrulleros, caballos, perros y personas a pie, por aire con helicópteros y por agua con lanchas. Supuestamente, se hizo todo bien y nada habían hallado en la ruta por donde fueron los Pomar. Por eso, la fiscal del caso descartó la hipótesis del accidente. Pero el martes 8 de diciembre de 2009, toda la familia Pomar fue hallada muerta al costado de la Ruta provincial 31, en un monte con alta y espesa vegetación, y se confirmó que sufrieron un accidente automovilístico.
Se cruzaron entonces las acusaciones de los medios de comunicación y los familiares de los Pomar, acusando a la Policía de la Provincia de Buenos Aires, al entonces ministro de seguridad de la provincia, Carlos Stornelli, y a la fiscal del caso, Karina Police, de no investigar bien, ya que habían hecho rastrillajes por ese lugar pero no los habían encontrado, e incluso antes de iniciar las investigaciones buscaban inculpar al propio padre de la familia, sin prueba alguna. Hubo gran descontento social contra los medios, porque al buscar titulares, acusaron de cosas terribles, y falsas, a Fernando Pomar.
Las acusaciones más graves fueron porque, tras el accidente, algún miembro de la familia podría haber sobrevivido algunas horas, y si lo hallaban a tiempo quizás se habría salvado; pero la mala investigación del caso hizo que tras 24 días los hallaran en avanzado estado de descomposición. El entonces gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, pidió la renuncia a Stornelli por este caso, entre otras cosas.
En noviembre de 2017, el juez Carlos Picco, subrogante del Juzgado Correccional Nº 2 condenó por el delito de falsedad ideológica de documento público (Artículo 293 del Código Penal) a quien en esa época integraban la Patrulla Rural de Salto: el entonces jefe, Daniel Fabián Arruvito, a un año y dos meses de prisión en suspenso y a Luis Ángel Quiroga a un año de prisión en suspenso. Y a Benito Faustino Barcos lo absolvieron por entender que no ha tenido responsabilidad al comandar el puesto de vigilancia de Gahan. El juez dictaminó que se habían falseado las actas de rastrillajes de búsqueda de los cuatro integrantes de la familia Pomar – Viagrán accidentados el 14 de noviembre de 2009.[5] No obstante en una segunda instancia, ambos condenados fueron absueltos. María Cristina Robert, madre de la víctima Gabriela Viagrán, dijo que este fallo, que deja el caso sin responsables, le generó un “dolor e impotencia muy fuertes”.[6]