Las casas-palacio de cargadores a Indias son las viviendas palaciegas construidas por los mercaderes que comerciaban con el Nuevo Mundo en los siglos XVI y XVII en Sevilla[1] y en los siglos XVII y XVIII en Cádiz, El Puerto de Santa María (llamada la Ciudad de los Cien Palacios)[2] y Sanlúcar de Barrameda.[3]
Alonso Morgado refirió en 1587 que los vecinos de Sevilla habían mejorado las fachadas de sus viviendas:[4]
Todos los vecinos labran ya las casas a la calle, lo cual da mucho lustre a la ciudad. Porque en tiempos pasados todo edificar era dentro del cuerpo de las casas, sin cuidar de lo exterior, según que hallaron a Sevilla en tiempos de los moros.
Pedro Mejía escribió en 1548 el siguiente diálogo local:[1]
-Vamos y tomemos por esta otra calle, que está muy embarazada con la labor de este mercader.-Bien decís, más ¡qué buena delantera ha hecho en su casa!
-Cierto, en grande manera se ha esto enmendado en Sevilla, porque todos labran ya a la calle y de diez años a esta parte se han hecho más ventanas y rejas a ellas que en los treinta de antes.
Una de las casas palacio del siglo XVI que se conserva en la ciudad es la Casa de los Pinelo, construida para un canónigo miembro de una familia de comerciantes genoveses.[5]
Se conoce la ubicación de las casas de muchos mercaderes de origen vasco. Ignacio Ybarburu, que aparece en las juntas del consulado desde 1667 a 1684, tenía su casa en la calle Cruces. Andrés de Madariaga e Iturbe fue consiliario, cónsul y prior del consulado, que asistió a las juntas entre 1636 y 1646, tenía su casa junto al convento de San Francisco. Juan Lizarralde, que fue consiliario del consulado y acudió a sus juntas de 1653 a 1663, tenía su casa en la plaza de San Bartolomé. Los Jáuregui, por su parte, tenían la casa en la calle Murillo.[6]
Cuatro casas-palacio conocidas de cargadores a Indias en Sevilla que se han conservado son las siguientes:
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