La Casa de Velasco es una casa nobiliaria española considerada una las más destacadas del Reino de Castilla y el Imperio español. Originada en la Edad Media al servicio de los reyes leoneses y castellanos, su rama más encumbrada ostentó la dignidad hereditaria de condestable de Castilla, así como el ducado de Frías, uno de los primeros veinte títulos en recibir la grandeza de España por el emperador Carlos V en 1520. Durante el dominio castellano sobre América, algunos de sus miembros ostentaron los cargos de virrey de la Nueva España y del Perú, así como la presidencia del Consejo de Indias.
Casa de Velasco | ||
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en español | ||
Armorial de la Casa de Velasco
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Blasonamiento | Campo jaquelado de quince piezas de oro y veros | |
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Lugar de origen | Reino de Castilla | |
País(es) | España | |
Títulos |
Condado de Haro (1430) Condado de Siruela (1470) Condestable de Castilla (1478) Ducado de Frías (1492) Marquesado de Berlanga (1529) Condado de Castilnovo (1557) Condado de Salazar de Velasco (1592) Marquesado de Salinas del Río Pisuerga (1609) Marquesado del Fresno, etc. | |
En su versión original: jaquelado de quince piezas de oro y veros (al uso de la casa de Nava, por ascendencia astur-leonesa).
Rama de los condestables: jaquelado de quince piezas de oro y veros, y bordura componada de Castilla y León. En la capilla del Condestable de la catedral de Burgos hay un ejemplo de estas armas, donde la bordura ocupa casi la mitad de la superficie del escudo, y los compones se reducen a ocho, los compones de Castilla en cruz, los de León en aspa.
Los cronistas que narraban las mitologías genealógicas, hacían a los Velasco descender de un caballero visigodo apodado «el Velasco» por su destreza domando de las velas de navegación. Este mismo caballero, según la leyenda, estaría presente en el legendario desembarco de Laredo y establecería su casa solar en el Valle de Mena, o según otras fuentes en Carasa (en el barrio de Angustina, donde se encuentra la Casa del Pico de Velasco). Sin embargo, la mayoría de las crónicas de los siglos XIII y XIV aseguraban que los Velasco eran descendientes de Fernán González, primer conde de Castilla, lo que justificaría el posterior uso del patronímico «Fernández».
El mote «Velasco» existe desde la Alta Edad Media como nombre propio, creando gran confusión al encontrarlo en fuentes documentales no relacionadas con el linaje. Sin embargo, es desde el año 976, cuando aparece la primera referencia documental que hace mención al mote de Velasco como apellido o indicación de linaje, en el Codex Emilianensis del monasterio de San Millán. En dicho codex (año 976) aparece un Velascvs, claramente relacionado con unas escrituras de donaciones al mismo monasterio correspondientes al año 1096, cuando se documenta a su nieto Diego Díaz de Velasco junto a su mujer Anderquina. El documento se refiere a la donación de los Palacios de Tripiano, una iglesia, varias casas, y una hacienda en Alvín. Diego Díaz, aparece mencionado junto a sus hermanas Ticla Díaz, mujer de Lope Íñiguez, II señor de Vizcaya, a Elvira Díaz, mujer del conde Gonzalo Salvadórez, así como sus padres, Sancha Díaz, sucesora de su padre Diego Ruiz (de Velasco), y Diego Álvarez, señor de Oca (hijo segundo de Álvaro Rodríguez, señor de la Casa de Nava, ricohombre del rey Fernando IV de León, y de María Peláez), perteneciente al linaje de los astures y descendiente por varonía de Ramiro III de León.
La ascendencia de los Velasco hizo que se vincularan inicialmente a la Corona de León, donde establecieron sus primeros señoríos.[1] Un hijo de Diego Díaz llamado Sancho Díaz de Velasco, contrajo matrimonio con su prima, Inés Pérez de Asturias, hija de Pedro Rodríguez de Asturias. Su hijo Díaz Sánchez de Velasco, luchó en la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212, y el hijo de este, Sancho Díaz de Velasco, fue ricohombre y merino mayor de Castilla en torno al 1242, en el reinado de Fernando III. El mismo se documenta junto a otros ricoshombres que se rebelan contra Alfonso X el Sabio, encabezados por el infante Felipe, y cuya gesta es conocida como la Rebelión Nobiliaria de 1272. Del matrimonio de este último con Guiomar de Castro, descendiente del rey Alfonso VII de Castilla, nacería otro Sancho Sánchez de Velasco, adelantado mayor del Reino de Castilla y justicia mayor de la Casa del Rey, quien recibiría el señorío de Medina de Pomar, cabeza de su extenso estado que incluía ya los señoríos del Valle de Soba, el Valle de Ruesga, la Puebla de Arganzón, y otros en las Asturias de Santillana.[2] Junto a su mujer Sancha Carrillo Osorio fundó el Monasterio de Santa Clara en Medina de Pomar, primer enterramiento de su linaje.[3]
Hijo de Sancho, fue Fernán Sánchez de Velasco, quien sucedió a su padre en el cargo de adelantado mayor de Castilla, lo que consolidó su posición en la corte, además, contrajo matrimonio con Mayor de Castañeda, señora de los Palacios y Casa de los Siete Infantes, como descendiente del rey Alfonso IX de León y de la reina Berenguela de Castilla, siendo su padre, Diego Gómez de Castañeda, primo segundo de Alfonso XI de Castilla. Fernán Sánchez luchó en el Sitio de Algeciras, donde encontró la muerte.
Fue bajo la dinastía de Trastámara que el linaje de Velasco encontró su mayor cuota de poder, tras haber apoyado al bando del rey Enrique II de Castilla en la guerra civil contra su hermano Pedro I. Fue Pedro Fernández de Velasco, hijo de Fernán Sánchez de Velasco y Mayor de Castañeda, quien consiguió el cargo palaciego hereditario de camarero mayor del rey, cargo que ejercería en el reinado de Enrique II y en el de Juan I, y que su hijo Juan Fernández de Velasco ocuparía en el reinado de Enrique III, además de la ricohombría de la que habían gozado ya varios de sus antecesores. Hijo del anterior con María de Solier fue Pedro Fernández de Velasco, heredero y sucesor de su padre en todos sus señoríos y cargos palaciegos, y primer agraciado con el título de conde de Haro en 1430 por parte del rey Enrique II de Castilla, dando lugar a la famosa línea de los condestables de Castilla y duques de Frías que perduró hasta el siglo XVIII (pasando luego a los linajes de Pacheco, Téllez-Girón y finalmente Soto, con excepción del condestablado que fue abolido por el rey Felipe V).
No fue la rama de los condestables la única rama de este linaje, sino que a través de los siglos se desprendieron del tronco principal, numerosas ramas secundarias que se desarrollaron al amparo o bajo la sombra de su rama más encumbrada. Así, se distinguieron las ramas de los condes de la Revilla, los de Siruela, de Salazar, marqueses de Liédana, de Salinas, de las Cuevas, de Villarreal de Álava, señores de Cervera, Herrera de Pisuerga, Becerril del Carpio, del Castillo de Agüero en Buenavista de Valdavia, de la Casa del Pico de Velasco, de la Casa de la Rueda, de Berberana, de Villamorón, entre muchos otros.