La cartuja de Aracristi es un monasterio cartujo de España fundado en 1272 perteneciente al municipio de El Puig, cerca de la sierra Calderona, en la Comunidad Valenciana.
Cartuja de Ara Christi | ||
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bien de interés cultural | ||
Localización | ||
País | España | |
Comunidad | Comunidad Valenciana | |
Provincia | Valencia | |
Localidad | El Puig | |
Coordenadas | 39°35′41″N 0°19′14″O / 39.5946, -0.320606 | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Orden | Orden de los cartujos | |
Historia del edificio | ||
Fundador | Elena Roig | |
Construcción | 1620 - 1660 | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Monasterio cartujo | |
Estilo | Renacimiento | |
Identificador como monumento | RI-51-0008313 | |
La historia de Aracristi empieza el 2 de noviembre de 1582 cuando Elena Roig, viuda del caballero valenciano Gaspar Artés, delante del notario Jaume Cristòfol Ferrer y de los presbíteros de Valencia, Pere Marco, Marc Didago y Maties Rene, manifiesta encontrarse indispuesta, pero con buen talante y palabra y, al mismo tiempo que revoca y anula todos los testamentos, codicilos y otras últimas voluntades hechas antes, redacta su último testamento según su deseo, testamento que es la causa de la construcción de la nueva cartuja. De treinta cláusulas que en total tenía el testamento, destacan por su futura trascendencia la segunda y la decimoquinta. Estas hacen referencia en el lugar elegido para su sepultura (junto a la de su hermano) a la cartuja de Valldecrist, además lega al mencionado cenobio la alquería situada cerca del Puig, renombrada de mosén Roig, que incluye todas las tierras y un molino harinero, además de las pertenencias que allí se encuentran.
Elena Roig, hija de Tomàs Roig y hermana de Cristòfol y Joaquim Roig, formaba parte de una familia acomodada de la ciudad de Valencia. Seguramente cuando hace el testamento sus parientes directos (padres, hermanos y esposo con quien no había tenido descendencia) ya habían muerto, acumulando Elena todos sus bienes. Esta, viendo que su fallecimiento estaba próximo, pensó dejar su gran herencia al resto de familia, personal de servicio, religiosos, parroquias, conventos, etc., todo expuesto minuciosamente a las cláusulas del testamento. De todas maneras, la donación de la Alquería a la cartuja de Altura es la particularidad que más destaca, así como las condiciones impuestas por la testadora y el orden de prioridades a la hora de heredar la hacienda en caso de renuncia de los cartujos.
Todo indica que Elena Roig tenía una vinculación especial con estos monjes, supuestamente por influencia de su hermano Cristòfol, que era inquisidor apostólico en Zaragoza y chantre de la Catedral de Valencia. Pero la heredad nunca pasó a los frailes citados, debido a que el 19 de agosto de 1584, hizo un codicilo al testamento ante el notario de Valencia Joan Miquel, que afectaba a estas dos cláusulas:
Primerament revoque la clàusula o clàusules que en lo testament que yo tinch fet e rebut per Jaume Cristòfol Ferrer, notari de València, té en son poder, dich la clàusula del llegat que de la mia alqueria feya al convent de Valldechrist, axí de dita alqueria com de soterrament que està en dit testament. És ma voluntat que sobri dit llegat de la alqueria, que direm per nom Nostra Señora de Arachristi, sia fundada casa de cartuxos per a que allí sia fundat monestir que se alabe lo nom de Nostre Señor Déu per a tots los temps. Més és ma voluntat que los pares que la fundara dita casa de Nostra Señora de Arachristi no sien subiectes a ningun convent de dita cartoxa. Més és ma voluntat que dita alqueria la poseheixquen en tots aquells càrrechs que la dexava en lo meu testament ya dit, rebut per Jaume Christòfol Ferrer, com per lo més llargament se dirà. Més és ma voluntat que si al temps de la mia mort esta casa no estara en lo aparell ques pogués fer, fos portat lo meu cos y acomanat en Sant Agostí, en la mia capellade sant Pere, fins que en dit monestir de Nostra Señora de Arachristi se puga portar, lo qual supplique molt a mos marmesors que estan en dit testament, rebut per lo sobredit noatri, es donen tota la presa posible.
Supuestamente, esta dama de profunda religiosidad estaría relacionada estrechamente con algunos de los personajes que aparecen de manera frecuente en la documentación y bibliografía referidos a la fundación del Puig, contactos que influirían en los cambios cualitativos del testamento. Este círculo de amistades lo formarían el ermitaño Pere Muñoz, el franciscano Jaume Sanchis, el dominico fray Doménec Anadón o el jesuita Martí Alberro, entre otros, e influirían el ánimo de Cristòfol, su hermano, a la hora de sugerir en su último testamento la cesión de las propiedades a Valldecrist, y especialmente de Elena Roig, a la hora de respetar la posible idea del religioso y después cambiar de parecer. Sobre todo fueron los consejos del jesuita y confesor de la testadora, expresados en forma de sueños, y también la persuasión de su amiga Isabel Joan Amigó (hermana del futuro prior de Ara Christi, fray Joaquim Amigó), los que trastrocaron el deseo original de Elena, partidaria después de hacer donación de estos bienes a una nueva fundación, Nuestra Señora de Ahora Christi. Del último codicilo citado arriba se desprende que aunque no entraría en vigor hasta después de su muerte (que finalmente ocurrió el 1 de abril de 1585), que la voluntad del legado ya era conocida por los monjes, cuando estos se encargan de solicitar a las autoridades las licencias para la fundación del nuevo monasterio. Finalmente, el 7 de abril de 1585 fray Sanxo Anyó, fray Joaquim Amigó y fray Miquel de Vera (primer prior) toman posesión de la hacienda delante del notario de Valencia Joan Miquel. Este acto quedó refrendado por el capítulo General del Orden del mismo año y por el arzobispo Juan de Ribera el 20 de abril de 1586, un año después.
A partir de entonces empieza la vida del nuevo monasterio, no sin complicaciones ya que la falta de aportaciones económicas (que posibilitaran la estabilidad y el crecimiento del cenobio) y la precariedad de las instalaciones provocó un período largo de penurias para los monjes. Esta situación cambió con los rectorados de fray Pere Mateo (1600-1611) y sobre todo de fray Francesc Almenar (1615-1624). El primero recibió la considerable herencia del obispo de Urgell y antiguo cartujano Andreu Capilla, con que se adquieren las posesiones que los hermanos Lledó tenían frente a la fundación; y también las generosas donaciones del notario Marco Antoni Bernich, con las que se construyó una parte del claustro primitivo. El segundo acometió la planificación y construcción de un nuevo monasterio, siguiendo básicamente el trazado de la cartuja zaragozana de Auladei, lugar de donde venía Almenar. A instancias de esta decisión se convocaron, entre 1619 y 1621, a los maestros de obra Francesc Català, fray Antoni Ortiz, Tomàs Panes, Valer Planes, mosén Guillem Roca, fray Pere Ruimonte y al arquitecto carmelitano Gaspar de Sanmartí, para que trazaran un nuevo monasterio. Después de las pertinentes deliberaciones, se iniciaron las obras, empezando por la iglesia el 6 de febrero de 1621. La primera piedra, sin embargo, se puso el 4 de marzo siguiente. A partir de entonces y superando dificultades, fue completándose la fábrica poco a poco, llegando hasta avanzada la segunda mitad del siglo XVII. Esta obra se convirtió en una de las más singulares de la arquitectura religiosa valenciana en el ecuador de la centuria al asimilar un amplio repertorio constructivo e innovador programa ornamental, reflejo de los avances experimentados por las técnicas y usos edilicios del período.
La vida en la cartuja de Aracristi fue transcurriendo tranquilamente, con excepciones como la Guerra de Sucesión donde los cartujanos se alinearon al bando austracista, o la creación de la Congregación Nacional de las Cartujos Españoles, que suponía la separación de la obediencia a la Grande Chartreuse de Grenoble, hechos a que sucedieron durante el siglo XVIII.
El siglo siguiente empezó con la primera exclaustración, debido a la invasión francesa. La segunda exclaustración vino durante el gobierno del Trienio Liberal y la última y definitiva provocada por la desamortización de Mendizabal de 1835. Desde el año 1999 se ha emprendido la recuperación de la cartuja por iniciativa privada de un grupo inversor - Grupo Ciudadela - que en colaboración con las autoridades locales ha llevado a cabo un profundo proceso de rehabilitación del monumento.
Durante los primeros años de vida de Aracristi la precariedad económica se debía a que la herencia de la fundadora no incluía ninguna renta para el mantenimiento del cenobio, y por tanto la actividad constructiva fue escasa, pero no nula. En el año 1588 se tiene constancia de trabajos a la iglesia por Joan Casaña. En 1608 se amplía el recinto con la compra de tierras a los hermanos Lledó y el 1611 empieza el alzamiento de tapias y la portería, así como la construcción de un claustro nuevo, participando en estas construcciones Francesc Años, Pere Conde, Pere Della, fray Antoni Ortiz, Tomàs Panes, Joan Salas o Francesc Sayas entre otros.
Sin embargo, el período más importante para Aracristi fue el de 1619-1621, tiempo en que se planifica ex profeso un nuevo monasterio, basado en el trazado de la cartuja de Auladei, , próxima a Zaragoza y construida entre 1564-1567 básicamente por la voluntad del prelado Hernando de Aragón. Con el trazado de Sanmartí, después de que los planos del cartujano Ruimonte fueran reprobados, trasladado en una maqueta de madera por Joan Baptista Vergara, las obras ya no se pararán hasta la finalización completa de la cartuja hacia finales del s. XVII. Del complejo monacal destacan por su valor arquitectónico y su trascendencia artística las siguientes dependencias:
Su fachada se compone de un frontis de ladrillo visto, remate en la córneos con bolas de piedra de inspiración herreriana, además de un portal sin ornamentación de líneas muy austeras en sus dos cuerpos. Pasada esta puerta aparece una amplia bóveda de arista que anticipa la antigua portería, es una sobria y esbelta composición de piedra de raíz vignolesca rematada con bolas y un nicho en forma de concha que da paso a otra vuelta de arista más modesta. Alrededor de la portería se organizan una serie de dependencias auxiliares distribuidas en una contrafachada de composición sencilla que da acceso a un patio espacioso, a partir del que se desarrolla el recinto eremíticocenobítico propiamente dicho. De este patio destacan la celda prioral en la esquina derecha, el imponente refectorio a la izquierda y la iglesia en el eje central.
La nave central se cubre por cuatro bóvedas de crucería estrellada y dos simples, donde existen veinticuatro claves de madera doradas y policromadas (1625) por el escultor aragonés Juan Miguel Orliens, y que se superponen a las claves de piedra. Cada tramo de bóveda queda enmarcado por unas pilastras corintias coronadas por finas cartelas en el friso, sobras las que descansa un sencillo arquitrabe. Hoy ya no existen los coros de los conventuales y el altar mayor, pero se conservan la pigmentación original de los paramentos. Como es habitual en los monasterios cartujanos, las seis capillas laterales están separadas de la iglesia, y están unidas simétricamente entre sí por la perforación de los robustos contrafuertes. De esta forma muestran un marcado estilo académico en su configuración. Una espadaña austera de ladrillo, construido entre 1639 y 1640, se alza en la parte este del crucero. Otro elemento destacable de la iglesia es su cúpula, siendo una de las primeras cúpulas extradosadas construidas en tierras hispánicas desde la de El Escorial, , que el año 1631 ya estaba finalizada. Está sustentada por cuatro pechinas esculpidas con cuyos evangelistas superiores se sitúa el tambor, el intradós de la calota y la linterna, todo decorado con los esgrafiados policromadoss, los mejores y más antiguos que se han fechado en tierras valencianas (c. 1642). En la cabecera y el transepto hay cuatro puertas que dan paso al trasaltar y a los dos claustrillos, respectivamente. Es en esta pieza capital de la cartuja donde paritciparon algunos de los artífices más calificados de la época, destacando Andreu Artic, Antoni Badenes, Marc Bonos, Francesc Català, Joan Claramunt, P.Boix, Bertomeu Fontanilla, Urbà Fos, Esteve Gramalles, R. Herrero del Real, Tomàs Mellado, fray Antoni Ortiz, Miquel Oviedo, Francesc Padilla, Tomàs Panes, Jaume Rebull, Doménec Redolat, mosén Guillem Roca, Joan B. Tormo, Antoni Torrera, Joan B. Vergara o Joan Vidal.
De aquí y hacia el norte se llega al,
Siguiendo el recurrido del claustro se encuentra:
El refectorio tiene acceso directo a la conrería primitiva o casa de abajo (terreno amplio por donde pasaba, hasta el 1611, el camino que conducía al Puig, y de la que han desaparecido la mayoría de edificios rurales necesarios para el sostenimiento de los monjes, al igual que el cenobio primitivo y la hospedería.
En la actualidad, la Cartuja de Ara Christi es propiedad de la empresa inmobiliaria Grupo Ciudadela. Esta empresa ha realizado numerosos esfuerzos a nivel económico para la protección de este monumento histórico. Se ha potenciado la Cartuja creando un complejo hostelero, deportivo y de ocio. Hoy en día, una empresa de hostelería catalana - Grupo Paradis - hace uso de las instalaciones para la celebración de distintos actos, además del hotel Casa del Prior.
En la zona deportiva, existe un campo de golf, campos de tenis de tierra batida, de cemento y piscina olímpica. También cuenta con una zona lúdica infantil y un restaurante especializado en la gastronomía valenciana bajo el mando de Jaime Plasencia.