Carlos Taibo Arias (Madrid, 12 de mayo de 1956) es un escritor y editor español, profesor jubilado[1] de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, en activo entre los años 1990 y 2018, especialista en estudios de las transiciones políticas, sociales y económicas en los países de la Europa Central y Oriental y de los Estados postsoviéticos y experto en relaciones internacionales, movimientos sociales (como el 15M o el movimiento anarquista), decrecimiento y sobre el colapso.
Carlos Taibo | ||
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![]() Carlos Taibo en 2021 | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Carlos Taibo Arias | |
Nacimiento |
12 de mayo de 1956 (68 años) Madrid, España | |
Nacionalidad | Española | |
Educación | ||
Educado en | Universidad Autónoma de Madrid | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor y politólogo, profesor universitario jubilado | |
Empleador | Universidad Autónoma de Madrid | |
Movimiento | Decrecimiento y altermundialismo | |
Lengua literaria | Castellano y gallego | |
Sitio web | ||
Carlos Taibo es firme partidario del anarquismo,[2][3] el movimiento antiglobalización, el decrecimiento,[4][5] la democracia directa, el apoyo mutuo y la autogestión.[6] Suya es la frase: «La globalización avanza hacia un caos que escapa a todo control». Ha criticado duramente la lógica del crecimiento económico, desligándolo del progreso y bienestar, debido a que el crecimiento económico afecta a todas las esferas: social, económica, política, etc.[7] El sistema actual asocia el crecimiento con el progreso y bienestar, relación cuestionada habitualmente por los críticos del capitalismo.[8] En palabras del propio Taibo:
En la percepción común, en nuestra sociedad, el crecimiento económico es, digámoslo así, una bendición. Lo que se nos viene a decir es que allí dónde hay crecimiento económico, hay cohesión social, servicios públicos razonablemente solventes, el desempleo no gana terreno, y la desigualdad tampoco es grande. Creo que estamos en la obligación de discutir hipercríticamente todas estas. ¿Por qué? En primer lugar, el crecimiento económico no genera, o no genera necesariamente, cohesión social. Al fin y al cabo, éste es uno de los argumentos centrales esgrimidos por los críticos de la globalización capitalista. ¿Alguien piensa que en China hay hoy más cohesión social que hace 15 años? [...] El crecimiento económico genera, en segundo lugar, agresiones medioambientales que en muchos casos son, literalmente, irreversibles. El crecimiento económico, en tercer término, provoca el agotamiento de los recursos que no van a estar a disposición de las generaciones venideras. En cuarto y último lugar, el crecimiento económico facilita el asentamiento de lo que más de uno ha llamado el "modo de vida esclavo", que nos hace pensar que seremos más felices cuantas más horas trabajemos, más dinero ganemos, y sobre todo, más bienes acertemos a consumir.
Por detrás de todas estas aberraciones, creo que hay tres reglas de juego que lo impregnan casi todo en nuestras sociedades. La primera es la primacía de la publicidad, que nos obliga a comprar aquello que no necesitamos, y a menudo incluso aquello que objetivamente nos repugna. El segundo es el crédito, que nos permite obtener recursos para aquello que no necesitamos. Y el tercero y último, la caducidad de los productos, que están programados para que, al cabo de un periodo de tiempo extremadamente breve, dejen de servir, con lo cual nos veamos en la obligación de comprar otros nuevos.[9]
Alerta del peligro de un ecofascismo destinado a preservar para una minoría los recursos mundiales. Es una ideología que parte de la certeza del cambio climático (por tanto no es negacionista) y del agotamiento de todas las materias primas energéticas que nos lleva a una nueva forma de fascismo para preservar para una minoría selecta los recursos mundiales visiblemente escasos a través de políticas de carácter fundamentalmente represivo.[10][11] El ecofascismo no sería un proyecto negacionista vinculado con marginales circuitos de la extrema derecha, sino que surgiría en el seno de los principales poderes políticos y económicos. Una de sus medidas sería marginar, en la versión más suave, y exterminar, en la más dura, a lo que consideraran poblaciones sobrantes en un planeta que habría roto visiblemente sus límites.[12] Carlos Taibo relata siete acciones para hacer frente al escenario de ecofascismo como serían decrecer, desurbanizar, destecnologizar, despatriarcalizar, descolonizar, descomplejizar y desmilitarizar.[13]
Apuesta por recuperar elementos de autosuficiencia, restaurar el vigor de fórmulas de democracia de base, la agroecología, las energías limpias y renovables, sin caer en el desarrollo indiscriminado de los molinos de viento con macroparques.[14]
Carlos Taibo es miembro del consejo editorial de Sin Permiso desde su fundación en 2006 y ha publicado artículos en medios como el diario Público.[15] Es autor de más de treinta libros en español y en gallego, en su mayoría relativos a las transiciones en la Europa central y oriental contemporánea,[16] así como sobre temas geopolíticos de interés general.