Carlo Maria Cipolla o, más frecuentemente, Carlo Cipolla[1][n. 1] (15 de agosto de 1922 - 5 de septiembre de 2000) fue un historiador económico italiano. Con un enfoque humanista y en ocasiones humorístico, mostró interés, más allá de hechos materiales y cifras concretas, por las causas que a lo largo de la historia llevan a determinadas situaciones económicas y sociales. Fue también conocido por sus artículos sobre la superpoblación y un ensayo satírico sobre la estupidez humana.
Carlo Maria Cipolla | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Carlo Cipolla | |
Nombre en italiano | Carlo M. Cipolla | |
Nacimiento |
15 de agosto de 1922 Pavía (Reino de Italia) | |
Fallecimiento |
5 de septiembre de 2000 (78 años) Pavía (Italia) | |
Nacionalidad | italiana | |
Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Historiador económico, profesor universitario, escritor de no ficción, economista e historiador | |
Área | Historia económica | |
Conocido por | Teoría de la estupidez | |
Empleador |
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Seudónimo | Carlo M. Cipolla | |
Miembro de | ||
Distinciones |
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Fue miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y de la Sociedad Filosófica Estadounidense.[2][3]
Carlo Cipolla nació el año 1922 en Pavía, hijo de Manlio Cipolla y de Bianca Bernardi. En su juventud quería ser profesor de historia y filosofía, y decidió ingresar en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Pavía. Se graduó y luego continuó como catedrático. Gracias al profesor Franco Borlandi, especialista en historia económica medieval, descubrió su pasión por la historia de la economía, así que prosiguió sus estudios en la Universidad de París y luego en la London School of Economics, donde se licenció en 1948.[4]
Obtuvo su primer puesto de profesor de historia económica en Catania a la edad de 27 años, dando inicio a una larga carrera académica tanto en Italia (Venecia, Turín, Pavía, Pisa y Fiesole) como en el extranjero. En 1953 viajó a los Estados Unidos con una beca Fulbright y en 1957 se convirtió en profesor visitante en la Universidad de California en Berkeley, de la que dos años más tarde pasó a ser catedrático. Tras ser recibido como miembro en diversas academias prestigiosas, en 1995 recibió el premio Balzan.[5]
Cipolla produjo dos ensayos populares, no técnicos, que circularon en inglés entre amigos en 1973 y 1976, y luego se publicaron en 1988, primero en italiano, bajo el título Allegro, ma non troppo ("Adelante, pero no demasiado rápido" o "Feliz, pero no demasiado", de la frase musical que significa "Rápido, pero no demasiado rápido").[6]
El primer ensayo, "El papel de las especias (y de la pimienta negra en particular) en el desarrollo económico medieval" ("Il ruolo delle spezie (e del pepe nero in particolare) nello sviluppo economico del Medioevo", 1973), rastrea las curiosas correlaciones entre la importación de especias y la expansión de la población a finales de la Edad Media, postulando una causalidad debida a un supuesto efecto afrodisíaco de la pimienta negra.[7]
El segundo ensayo, "Las leyes básicas de la estupidez humana" (1976), explora el controvertido tema de la estupidez .
Cipolla exploró el controvertido tema de la estupidez formulando su famosa teoría de la estupidez humana, expresada por primera vez en su ingenioso ensayo breve de 1988 titulado Allegro ma non troppo.
En este escrito, Cipolla desarrolla una visión de la gente estúpida como un grupo más poderoso que grandes organizaciones como la mafia, el complejo industrial-militar, o la Internacional Comunista. El grupo de los estúpidos, sin reglamentaciones, líderes o manifiestos, consigue ejercer un gran efecto con una coordinación increíble.[8]
En el ensayo, "Las leyes básicas de la estupidez humana" pueden encontrarse las leyes fundamentales de la estupidez:
Corolario: un estúpido es más peligroso que un saqueador.
Por deducción, de la tercera ley, Cipolla identifica dos factores importantes cuando se explora la conducta humana:
Cipolla perfecciona su definición de "bandidos" e "ingenuos" al señalar que los miembros de estos grupos pueden contribuir o perjudicar el bienestar general, dependiendo de las ganancias (o pérdidas) relativas que se causan a sí mismos y a la sociedad. Un bandido puede enriquecerse más o menos de lo que empobrece a la sociedad, y una persona ingenua puede enriquecer a la sociedad más o menos de lo que se empobrece a sí misma o se deja empobrecer.
Creando un gráfico en el que se coloca el primer factor en el eje X y el segundo en el eje Y, se pueden obtener cuatro grupos de individuos:
Para Cipolla, desde el punto de vista estrictamente económico y utilitarista, un malvado es preferible a un estúpido, puesto que las actividades del malvado a la postre significan que algunos bienes cambian de manos, mientras que de las actividades de los estúpidos no se obtiene beneficio para nadie.
Esta línea de pensamiento está relacionada con las reflexiones del economista británico del siglo XIX Jeremy Bentham (1748-1832), el primero en intentar cuantificar la utilidad que reportan a la sociedad las acciones de los gobiernos que la dirigen.
Casi toda su obra ha sido traducida al español. A continuación se recogen, por orden alfabético de títulos, los datos bibliográficos de las obras registradas en la Agencia Española del ISBN (en caso de reedición, se anota la última).