La capilla de Santa Catalina, también conocida como capilla del Canto, es una capilla del claustro de la catedral de Salamanca. Fue fundada por el obispo Vidal en el siglo XII. Posteriormente fue ampliada y reformada en el XV para instalar en ella la biblioteca capitular. Es la capilla de mayores dimensiones del claustro.[1]
A lo largo de su historia la capilla ha tenido distintos usos. En ella se examinaba a los alumnos de la Universidad de Salamanca para acceder al grado de licenciado. También fue sede de sínodos medievales compostelanos, lugar de celebración para las comidas de las gracias y capilla de canto donde se enseñaba música en una de las principales cátedras de las universidades españolas, motivo por el que alberga el sepulcro del maestro Doyagüe.
Hasta mediados del siglo XIX la Universidad de Salamanca siguió utilizando la capilla de Santa Catalina para aquellos actos universitarios más multitudinarios, como los banquetes de los graduandos, por tener más capacidad que la capilla de Santa Bárbara, también situada en el claustro catedralicio y usada por la Universidad para exámenes de licenciatura y doctorado.[2]
En el siglo XX el espacio se convirtió en una sala expositiva-almacén que albergaba distintas obras de arte catedralicias sin orden expositivo. Con la reestructuración del Museo Catedralicio en las Salas Capitulares, el espacio quedó liberado para su restauración integral en 2018, tras la que ha sumado a su carácter patrimonial el uso como sala para la celebración de actividades culturales como conferencias y conciertos.[3]