Camarista fue el nombre que recibió un cargo desaparecido de la corte española.[1]
El término era utilizado en el siglo XVII, como sinónimo de camarera, es decir, criada de distinción con acceso a la cámara.[2][3]
El cargo apareció con este nombre en el siglo XVIII.[4]Avanzado este siglo el número de camaristas superó el previsto oficialmente.[5]
En 1808 existían 21 camaristas al servicio de la Reina, que prestaban servicio por debajo de 10 damas, 10 señoras de honor, 2 guardas mayores, 4 azafatas y 5 dueñas. En la planta de 1815 se fijaba su número en 12, y en 1820 se fijó en 8.[6]
El cargo, como el resto de la servidumbre femenina de la corte española, alcanzó su mayor relevancia durante el inicio del reinado de Isabel II, por ser mujer y soberana por derecho propio.[7] Entre las más notables se encuentran las hermanas Sorrondegui (Amparo y Cristina) por su papel el 7 de octubre de 1841 cuando Diego de León entró en el Palacio Real de Madrid.[8]
En 1848 esta clase se encontraba ya suprimida.[9]
El cargo era ejercido por mujeres solteras y estaba destinado a la reina[8] y otras mujeres de la familia real.[10][8]
De acuerdo con su propio nombre, en el caso de las camaristas al servicio de la reina, tenían acceso a la cámara de la Reina.[11]Al menos entre 1802 y 1815 cobraban 9.000 reales.[6]
En el momento de contraer matrimonio, solían ser dotadas por el monarca español.