La calenda (en ocasiones calinda o caringa) es un baile de origen africano, específicamente de la costa de Guinea, que se extendió por el Caribe como consecuencia del tráfico de esclavos, y formaba parte del conjunto de bailes que los negros de Nueva Orleans ejecutaban en Congo Square, en la primera mitad del siglo XIX, como la bamboula y otras.[1]
Las primeras referencias a esta danza se recogen en Martinica, donde se bailaba los domingos, acompañada de percusión,[2] aunque su mayor popularidad la alcanzó en Luisiana. En la primera mitad del siglo XX aún se bailaba en la propia Martinica, en Haití y en la colonia británica de Trinidad. En Cuba se llamó caringa, y existen testimonios de observaciones de este mismo baile en lugares tan alejados como Montevideo.[3]
Algunos autores, como William Francis Allen,[4] consideraron a la calenda una contradanza.