Los pelajes rabicano o rubican siguen un patrón característico. Sobre cualquier pelaje de base muestran una cierta cantidad de pelos blancos «añadidos» y, muy a menudo, tienen blanca la base de la cola. En documentos antiguos catalanes mencionan caballos con la «cola cana». Como nombre de caballo, Rabicano aparece en la obra Orlando innamorato el año 1495. Un caballo «morcillo rabicano» se menciona en 'La Araucana', de Alonso de Ercilla.
Los caballos rabicanos pueden presentarse en diversos grados de intensidad, según la cantidad de pelos blancos «añadidos» en el pelaje de base. En los casos mínimos los pelos blancos son escasos y en la base de la cola casi no se puede observar nada de blanco. En los pelajes de máxima expresión la cantidad de pelos blancos es considerable y la base blanca de la cola muy destacada.[1] Los pelos blancos son más numerosos en los flancos y la barriga. También en la cabeza (a diferencia de los pelajes ruanos) puede haber pelos blancos «añadidos». Hay expertos que opinan que los pelos blancos nacen en pequeñas áreas despigmentadas de la piel.