El krait cabeza roja (Bungarus flaviceps) es una especie de serpiente venenosa de la familia Elapidae. Es de gran tamaño, hasta 2,1 m de longitud, y tiene una coloración muy característica.
Krait cabeza roja | ||
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![]() | ||
Estado de conservación | ||
![]() Preocupación menor (UICN)[1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Clase: | Reptilia | |
Orden: | Squamata | |
Familia: | Elapidae | |
Género: | Bungarus | |
Especie: |
Bungarus flaviceps Reinhardt, 1843 | |
Sinonimia | ||
Vive en tierras bajas de la selva lluviosa, incluyendo las de las islas, pero no se considera común. Se alimenta principalmente de serpientes, probablemente de las que son semiacuáticas o fosoriales. Se distribuye por el sudeste de Asia, y se encuentra en Malasia, Tailandia y Sumatra, con una subespecie en Borneo. La potencia del veneno ha sido poco estudiada, dado que las mordeduras de esta especie son extremadamente raras.
Esta especie presenta una coloración muy llamativa y característica, la cabeza y cola son de color rojo brillante y el cuerpo es negro con una raya estrecha blanca azulada lateral inferior.[3] Tiene escamas grandes y lisas, dándole un aspecto brillante. Por lo general no atacan hasta que han sido molestados de manera continuada.[4] Mide de media entre 1,20 a 1,50 metros, con un máximo de 2,10 metros.[5][6]
Tienen colmillos cortos, huecos en sus huesos maxilares, con entradas en las bases y salidas cerca de sus puntas. El veneno se envía hacia la entrada y es forzado a través del orificio en la punta del colmillo.[7]
Sur de Tailandia, Sur de Birmania, Camboya, Vietnam, península malaya, Pulau Tioman, Indonesia (Bangka, Sumatra, Java, Billiton, Borneo).
Son nocturnas y parcialmente acuáticas. Aunque antes se pensaba que se alimentaban principalmente de otras serpientes, ahora se sabe que incluyen en su dieta lagartos, ranas, cecilias, pequeños mamíferos y huevos de serpiente. A pesar de su letalidad, generalmente no se consideran de alto riesgo para los seres humanos durante el día, ya que están aletargadas, lo que las hace lentas; a menudo permanecen ocultas durante el día y si son molestadas presionan la cabeza contra el suelo o la ocultan bajo su cuerpo enroscado. Durante la noche, son activas y extremadamente peligrosas.[8]
Es una serpiente extremadamente venenosa, aunque son raros los casos de mordeduras reportados.[9] El veneno del krait parece actuar primariamente como una neurotoxina, que previene la comunicación entre las sinapsis neuromusculares; que resulta en parálisis y muerte por asfixia debido a que las víctimas ya no pueden respirar por sí mismas.[8]
Cuando el veneno produce efecto, los músculos más inervados son los primeros en sufrirlo: el músculo que levanta el párpado superior y los músculos ciliares que controlan las lentes del ojo. Entre 20 minutos y varias horas después de la mordida, la víctima puede tener grandes dificultades para mantener los ojos abiertos. Esta condición se llama ptosis bilateral y es un clásico signo de envenenamiento grave. Otros síntomas comunes incluyen diplopía, disfagia, vómito, cefalea, y sialorrea. Más tarde, tienden a empeorar los síntomas de parálisis, extendiéndose progresivamente a más músculos, entre los que se incluyen los de las mandíbulas, que en algunos casos, llegan a estar cerradas. La dificultad para respirar puede ocurrir como resultado de la parálisis del diafragma, el principal músculo que controla la respiración.[7]
Su veneno contiene también una neurotoxina postsináptica recientemente descubierta, llamada κ-flavitoxina, la cual es una potente inhibidora de la trasmisión nicotínica en ganglios autónomos.[3] Los síntomas neurotóxicos pueden resolverse naturalmente, o más rápidamente a través de la administración de antisuero o drogas que inactivan la acetilcolinesterasa, una enzima que, en forma natural, destruye el mensajero químico que transporta señales desde los nervios a los músculos en la sinapsis neuromuscular.[7]