Buen zar, malos boyardos

Summary

"Buen zar, malos boyardos" (en ruso: Царь хороший бояре плохие, romanizadotsar' joroshiy boyarie plojiye), llamado ocasionalmente monarquismo ingenuo, es un término originado en la Rusia medieval para denominar a un fenómeno retórico en el que se establece que cualquier acción o efecto positivo en un gobierno son el resultado del gobernante o cabeza de gobierno, mientras que cualquier acción o efecto negativo en un gobierno son el resultado de burócratas o personajes menores quizá desconocidos en la administración. El término ha sido usado también en el caso de líderes de la Unión Soviética y la Federación Rusa, particularmente con Vladímir Putin.

"Buen zar, malos boyardos".

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"Buen zar, malos boyardos" se origina, como ya se dijo, de la Rusia medieval, aunque particularmente se ve una mayor presencia de todo lo que rodearía al término en el zarato moscovita y la Rusia imperial. Generalmente, la tradición se basaba en el derecho divino de los reyes: la imagen de un soberano bueno y cariñoso con su pueblo era cultivada por las autoridades rusas, imagen que se manteía con ayuda de la baja densidad poblacional de todo el territorio; mucha de la población rusa de ese entonces estaba esparcida por todo el campo de Rusia, lejos del control directo del zar. Por el otro lado, está la figura del boyardo, un caballero que, tras la invasión mongola a la Rus de Kiev, se convirtió en un personaje completamente burocrático que recibía tierras del zar a cambio de trabajar en la Duma (que en ese entonces era completamente consultiva y organizada por, justamente, los boyardos), por lo que es de esperarse que el boyardo estuviera más en contacto con la población media de Rusia.

Historia

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Imperio ruso

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Durante el Imperio ruso, el concepto de "Buen zar, malos boyardos" fue practicado por varios zares rusos, como Iván IV, y emperadores como Pedro I. Con tal de mantener la imagen de un zar justo, se llevaron a cabo acciones simbólicas para reforzar esta visión: humillaciones públicas o ejecuciones de miembros de la nobleza y la burocracia, por ejemplo.[1]

Sin embargo, el fenómeno se puso a prueba durante el reinado de Nicolás II, comenzando con la Tragedia de Jodynka, una estampida ocurrida durante su coronación. Socavada por la continua inestabilidad del Imperio, la creencia de que la burocracia era la culpable de los desastres se vio gravemente dañada como resultado de las protestas del Domingo Sangriento de 1905; protestas lideradas por el padre ortodoxo Gueorgi Gapón. Una masa reunida por el padre Gapón marchó hacia el Palacio de Invierno en un esfuerzo por proporcionar evidencia de las fechorías de los burócratas al Emperador; los manifestantes fueron atacados a tiros por miembros de la Guardia Leib (guardia personal del zar fundada por Pedro I), lo que provocó numerosas bajas y, unido con el fracaso de la Guerra en Japón, inició disturbios generalizados con el objetivo de derrocar al gobierno.

Los disturbios terminaron con una monarquía semiconstitucional y el establecimiento de una asamblea consultativa para el zar; el apoyo a Nicolás II se restó casi en su totalidad. Para la Primera Guerra Mundial, este descontento llevaría directamente a la abdicación de Nicolás II, el establecimiento de una república provisional y, a la larga, el asesinato de la familia Románov y el establecimiento de la Unión Soviética.[2]

Unión Soviética

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El concepto de monarquismo ingenuo fue revivido después de la Revolución rusa y fue aplicado al líder soviético Iósif Stalin durante la Gran Purga.[3]​ La idea de un sabio secretario general pero con intermediarios incompetentes en el Comité Central del Partido contribuía a que se mantuviera viva la confianza en el Estado por más que fueran las propias decisiones de Stalin las que oprimieran a los ciudadanos de la URSS.[1]​ Muchos acusados en las purgas enviaban cartas a Stalin informando de su situación judicial, pidiendo que; aunque esto propiamente no es evidencia de tal fenómeno.

El fenómeno también se encontró en el tratamiento que el Estado soviético daba a líderes históricos de Rusia. En un análisis del escritor ruso Víktor Nekrásov (1983) de la película de 1945 Ivan el Terrible, dirigida por Serguéi Eisenstein, se puede leer "[a]l fin y al cabo, el mensaje principal de la película es lo malos que son los boyardos y lo bueno que es el zar".[4]

Federación Rusa

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Desde la disolución de la Unión Soviética, la imagen del "buen zar, malos boyardos" ha sido aplicada al presidente y primer ministro intermitente de Rusia Vladímir Putin y es una parte importante de su imagen pública dentro de Rusia. Putin se consolidó, al menos hasta antes de la invasión rusa a Ucrania, como un buen zar rodeado de malos boyardos a través de humillar públicamente a oficiales locales que considera "laxos".[5]​ Aunque, según la investigación de Natalia Mamontova para el Instituto Sueco de Política Internacional, la mayoría de rusos no creen completamente en el concepto, pero públicamente lo expresan por miedo de ser blanco de persecusión o con tal de aumentar la presión en los oficiales locales.[6]

El concepto recuperó su fuerza producto del motín del Grupo Wagner de 2023, cuando el comandante del grupo de mercenarios, Yevgeny Prigozhin, marchó hacia Moscú. El corresponsal de Radio Free Europe/Radio Liberty, Steve Gutterman, junto a otras fuentes, interpretaron los comentarios del propio Prigozhin sobre que Putin fue manipulado por oligarcas y generales para invadir Ucrania como una relación de buen zar y malos boyardos.

Fuera de Rusia

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Además de Rusia, el fenómeno ha sido aplicado a líderes en otros Estados post-soviéticos, además de países fuera de esta región; también se ha empezado a usar de un modo peyorativo.

Un estudio de 2015 encontró que el concepto también existe en Azerbaiyán, donde el presidente Ilham Alíyev es muy popular a pesar de que no sea lo mismo para otras instituciones de gobierno.[7]

En México, ocasionalmente a la hora de conversar sobre la matanza de Tlatelolco se le suele dar a Luis Echeverría, quien era en ese entonces secretario de gobernación, la responsabilidad de la represión militar de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, en vez de, propiamente, a Gustavo Díaz Ordaz, entonces presidente de la República. Esto es en realidad quizá una mezcla de recuerdos acaecidos porque Echeverría intentó deslindar al Presidente de la intervención del ejército en una riña entre estudiantes de universidad y de preparatoria en julio de 1968.

En la Alemania nazi había un refrán común: "si el Führer supiera", que se origina de la creencia popular de que Hitler no estaba completamente de acuerdo con la violencia excesiva con la que se trataba a los judíos y otros disidentes del régimen, y que, si hubiese estado al tanto de la situación de violencia, se habría opuesto a algunas medidas del Partido Nazi. Por lo que, Hitler no era necesariamente un villano antisemita, sino un antisemita neutral a la existencia de los judíos; eran los oficiales del NSDAP los que efectuaban la mayoría de la violencia.[8]​ Aunque dicha frase hoy tiene un contexto más humorístico y general.

Referencias

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  1. a b «Good Tsar / Dobryy Tsar». GlobalSecurity.org. Consultado el 17 January 2024. 
  2. Guzvica, Stefan (18 de mayo de 2022). «Peasant Letters to the Tsar: A Forgotten Russian Tradition». The Collector. Consultado el 17 January 2024. 
  3. Radzikhovsky, Leonid (10 December 2022). «Почему Сталин поставил Фадеева руководителем советских писателей» [Why Stalin placed Fadeyev as head of the Soviet Writers]. Rossiyskaya Gazeta. Consultado el 17 January 2024. 
  4. Nekrásov, Víktor (16 de noviembre de 1983). ««Иван Грозный» С. Эйзенштейна» ["Iván el Terrible" de Sergei Eisenstein]. nekrassov-viktor.com. Consultado el 18 de septiembre de 2025. 
  5. Weir, Fred (01-07-2019). «Putin flexes as ‘good czar,’ but can he remake Russia?» [Putin se presume como "buen zar", ¿pero realmente puede rehacer a Rusia?]. The Christian Science Monitor. Consultado el 18 de septiembre de 2025. 
  6. Mamonova, Natalia (23 de abril de 2018). «Vladimir Putin – a tsar without loyal subjects?» [Vladímir Putin: ¿un zar sin súbditos?]. www.ui.se. Consultado el 18 de septiembre de 2025. 
  7. Paul Goble (18 de febrero de 2015). «‘Good Tsar, Bad Boyars’: Popular Attitudes and Azerbaijan’s Future» ["Buen zar, malos boyardos": actitudes populares y el futuro de Azerbaiyán.]. jamestown.org. Consultado el 18 de septiembre de 2025. 
  8. Wiktionary contributors (08-08-2025). «wenn das der Führer wüsste» [Si el Führer supiera]. En Wiktionary, ed. Wiktionary. Consultado el 18 de septiembre de 2025.