La Bruja de Pascua (en sueco: påskkärring, en inglés 'Easter witch')[1] es una antigua leyenda sueca sobre brujas que vuelan en escobas a Blåkulla el jueves antes de Pascua (Jueves Santo) o en la noche entre el miércoles (Miércoles Santo) y el jueves anterior, para encontrarse con el diablo, y que regresan el día de Pascua.[2][3]
Brujas de Pascua | ||
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Localización | ||
País | Suecia | |
En la actualidad, los niños se disfrazan de brujas, ancianas, o vestidos de ancianos, y van de puerta en puerta repartiendo saludos y a menudo recibiendo golosinas a cambio.[4][5] En Finlandia, la costumbre de la bruja de Pascua (virvonta), que los niños realizan el Domingo de Ramos para desear lo mejor a sus hogares, procede de la antigua tradición cristiana ortodoxa de Carelia.[6]
En el siglo XVII, el miedo a las brujas provocó una brutal persecución de mujeres inocentes, que fueron sometidas a juicio.[7] Más de 200 mujeres fueron torturadas hasta la muerte en Suecia. En aquella época, las puertas de los establos se cerraban para evitar que las brujas ordeñaran o montaran a los animales y se aseguraban las puertas y contraventanas de las casas, para evitar que las brujas viajaran a Blåkulla para encontrarse con el diablo. Los utensilios que las brujas pudieran utilizar en su viaje, especialmente las escobas, se guardaban el Jueves Santo.[7][8] Anna Eriksdotter fue la última mujer condenada injustamente en 1704, pero hasta 1779 no se derogó la pena de muerte por brujería.[9]
En Suecia y Finlandia, es una tradición de Pascua que los niños se disfracen de brujas, ancianas o ancianos y vayan de puerta en puerta pidiendo golosinas el Jueves Santo, o el día antes de Pascua (Sábado Santo), de un modo similar a la tradición de Halloween de truco o trato.[7][10] Los niños a veces ofrecen tarjetas hechas a mano y otras felicitaciones.[2][3] Relacionada con la protección contra la brujería, y en una época similar del año existe también la celebración de la Noche de Walpurgis.