Biobardas son estructuras artesanales o caseras diseñadas por el ser humano para retener desechos flotantes.[1] Estas barreras flotantes funcionan como trampas que capturan y evitan que plásticos, bolsas y ramas lleguen a ríos y mares.[2][3]
Los principales objetivos de las biobardas son retener desechos flotantes, prevenir la contaminación marina, frenar la acumulación de residuos en cuerpos de agua, proporcionar una solución económica y eficiente.
Originadas en 2016 por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala, las biobardas son una solución artesanal económica y eficiente, elaboradas con materiales económicos como cuerdas, mallas y botellas de plástico. Esta técnica ha demostrado ser efectiva al detener hasta el 65% de los desechos flotantes en algunos lugares y detener la contaminación acuática.[4][5]
El proyecto se ejecutó por primera vez en el río Motagua en El Quetzalito, una comunidad rural de Guatemala fronteriza con Honduras, luego se implementó en República Dominicana, Honduras, y Panamá entre otro países.[6] Ante el éxito de las biobardas fue reconocida y presentada ante la ONU por su eficiencia.[7][8][9]
La construcción de biobardas permite educar a la comunidad sobre el medio ambiente mientras se limpian los ríos.[10]