La familia Bienvenida es una de las dinastías más célebres de la historia del arte del toreo. Su origen se sitúa en el siglo XIX en el pueblo extremeño de Bienvenida, donde nacieron Manuel Mejías Luján y su hijo Manuel Mejías Rapela. Este último, también conocido como El Papa Negro, sería el verdadero iniciador de la dinastía, que desaparece con la muerte de Ángel Luis Bienvenida, el 4 de febrero de 2007.[1][2][3]
Está integrada por los siguientes toreros:
En la actualidad, solo vive un descendiente directo de El Papá Negro, Carmen Pilar, la única mujer de siete hermanos (falta nombrar a Rafael, también torero, aunque no se cuenta entre los matadores).[2]