Bernardo Gui o Bernardo Guidoni (Royères, Limousin; 1261 o 1262 – Lauroux; 30 de diciembre de 1331) fue un religioso dominico francés, inquisidor en Toulouse entre 1307 y 1323. Como recompensa por su trabajo, se le asignó el Obispado de Tuy en Galicia, España, y un año más tarde el de Lodève en Hérault, Francia. Escribió una guía práctica para inquisidores utilizada durante la Baja Edad Media.
Bernardo Gui | ||
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![]() El papa Juan XXII bendiciendo a Bernard Gui | ||
Información personal | ||
Nombre en francés | Bernard Gui | |
Nacimiento |
1261 o 1262 Royères, Limousin, Francia | |
Fallecimiento |
30 de diciembre de 1331 Lauroux, Occitania, Francia | |
Nacionalidad | Francesa | |
Religión | Iglesia católica | |
Información profesional | ||
Ocupación | Obispo, inquisidor | |
Cargos ocupados |
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Orden religiosa | Orden de Predicadores | |
Se hizo religioso a los 19 años, ingresando al noviciado del convento dominico de Limoges. Fue decano de Albi diez años más tarde (1290) y de otras poblaciones, para luego ser nombrado Gran Inquisidor de Toulouse entre 1308 y 1323. Mientras ejerció su cargo, debió hacer frente a tres grandes tipos de herejía de su época: el catarismo, el valdismo y el beguinismo. Su ascenso al episcopado le fue otorgado por el Papa Juan XXII en recompensa por sus servicios.
Historiador y hagiógrafo de su orden, es autor de numerosas obras de gran importancia, entre las cuales es célebre el manual intitulado Practice Inquisitionis hæreticae pravitatis ("Práctica de la Inquisición en la depravación herética"), en el cual trataba sobre las prácticas y métodos de la Inquisición.
Gui es uno de los personajes de la novela El nombre de la rosa de Umberto Eco, en la cual aparece como un individuo fanático, cruel y despótico que se opone ferozmente a los razonamientos lógicos, prefiriendo someterse enteramente a su inquebrantable fe en Dios. Utilizando métodos de tortura, incluso de su propia invención, hace confesar a sus víctimas crímenes o pecados que no han cometido. La fiabilidad histórica de esta descripción es cuestionable, pero sí era propia de la inquisición.