Beniamino Segre (16 de febrero de 1903 - 22 de octubre de 1977)[1] fue un matemático italiano de ascendencia judía, recordado como uno de los principales impulsores de la geometría algebraica y como uno de los fundadores de ka geometría finita.
Beniamino Segre | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
16 de febrero de 1903 Turín (Italia) | |
Fallecimiento |
22 de octubre de 1977 Frascati (Italia) | |
Nacionalidad | Italiana (1946-1977) | |
Educación | ||
Educado en |
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Supervisor doctoral | Corrado Segre | |
Información profesional | ||
Ocupación | Matemático | |
Cargos ocupados |
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Empleador |
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Obras notables | teorema de Segre | |
Miembro de |
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Distinciones |
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Segre nació en 1903 en Turín, ciudad en la que se educó. A la edad de dieciséis años, habiendo obtenido una beca universitaria, ingresó en 1919 en la Universidad de Turín, donde fue alumno de Giuseppe Peano, Gino Fano, Guido Fubini, Carlo Somigliana y de su tío Corrado Segre, quien dirigió su tesis doctoral.[2]
Entre sus principales contribuciones a la geometría algebraica se encuentran los estudios de invariantes birracionales de variedades algebraicas; y de singularidades y superficies algebraicas. Su trabajo fue al estilo de la antigua escuela matemática italiana, aunque también apreció el mayor rigor de la geometría algebraica moderna.
Segre fue pionero en geometría finita, en particular en el campo de la geometría proyectiva basada en espacios vectoriales sobre cuerpos finitos. En un conocido artículo (Segre, 1955) demostró el siguiente teorema: En un plano proyectivo de orden impar, los óvalos son exactamente cónicas irreducibles. En 1959 fue autor de un estudio "Le geometrie di Galois" sobre la geometría de Galois.[3] Según J. W. P. Hirschfeld, "proporcionó una lista completa de resultados y métodos y, en mi opinión, es el artículo fundamental en el tema".[4]
Algunos críticos argumentaron que su trabajo ya no era geometría, pero hoy se reconoce como una subdisciplina separada: la geometría finita o geometría discreta. Según Hirschfeld, "Publicó la mayoría de los artículos y los más profundos sobre el tema. Su enorme conocimiento de la geometría algebraica clásica le permitió identificar aquellos resultados que podrían aplicarse a espacios finitos. Su teorema sobre la caracterización de las cónicas (el teorema de Segre) "No solo estimuló una gran cantidad de investigaciones, sino que también hizo que muchos matemáticos se dieran cuenta de que valía la pena estudiar los espacios finitos".[4]
En 1938 perdió su cátedra en la Universidad de Bolonia, como resultado de las leyes antijudías promulgadas bajo el gobierno de Benito Mussolini. Pasó los siguientes 8 años en Gran Bretaña (principalmente en la Universidad de Mánchester).[5] Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, regresó a Italia para reanudar su carrera académica.[6]
Falleció en la localidad de Frascati en 1977, a los 74 años de edad.[1]