La batalla de Le Castella fue una de las batallas de la guerra de las vísperas sicilianas.
Batalla de Le Castella | ||||
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Parte de Guerra de las vísperas sicilianas | ||||
Castillo de Le Castella. | ||||
Fecha | 1297 | |||
Lugar | Le Castella | |||
Coordenadas | 38°54′32″N 17°01′24″E / 38.90888889, 17.02333333 | |||
Resultado | Victoria siciliana | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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La muerte de Alfonso el Franco en 1291 dio origen, cuatro años más tarde, a un nuevo gran conflicto entre la corona de Aragón y el reino de Sicilia, pues Jaime II el Justo fue proclamado conde rey de la Corona de Aragón y delegó el reino de Sicilia en su hermano menor, Federico II de Sicilia.
La paz de Anagni se firmó en 1295, y en ella Jaime el Justo cedía el Reino de Sicilia a los Estados Pontificios, y recibía del papa en compensación 12 000 libras tornesas y probablemente la promesa de infeudación de Córcega y Cerdeña.[1] La boda de Jaime el Justo con Blanca de Nápoles, hija de Carlos II de Anjou, y el regreso de los tres hijos que Carlos II de Anjou había tenido que dejar como rehenes en Cataluña a cambio de su libertad en 1288 alteraron radicalmente la situación, pues los sicilianos se consideraron desligados de la fidelidad debida a Jaime II de Mallorca. En el mismo documento, Carlos de Valois renunciaba a la corona de Aragón, y Jaime II devolvía Baleares a Jaime II de Mallorca, al que habían sido confiscadas por Alfonso el Franco.
Federico II de Sicilia contó con el apoyo de muchos dignatarios catalanes de Sicilia,[nota 1] y fue investido por el parlamento siciliano el 11 de diciembre de 1295 y coronado rey de Sicilia el 25 de mayo de 1296, nombrando el cargo de virrey y de capitán general de Sicilia a Guillem Galceran de Cartellà y capitán general de Calabria a Blasco de Alagón el Viejo, e iniciando una ofensiva en Calabria.
Tras conquistar Squillace, durante el sitio de Catanzaro,[nota 2] Roger de Flor pactó con los sitiados y las villas vecinas una tregua de 40 días; y si no recibían refuerzos angevinos, se rendirían. La tregua se rompió por el asalto a Crotona. Federico II se dirigió e hizo retornar lo tomado, liberando prisioneros angevinos de las galeras para compensar los muertos, pero distanció al rey y al almirante.
Le Castella fue espectador del enfrentamiento entre las tropas de Guillermo Estendart,[2] capitán de las tropas angevinas de Carlos II de Anjou, que decidió reconquistar todas las tierras perdidas, y las de Roger de Lauria, que se encontraba en Mesina, y fue llamado para defender Rocca Imperiale,[3] en los territorios amenazados.
Guillem Estendart vio las naves enemigas que hacían escala en el golfo, y apostó por una emboscada en la playa, pero lo hizo tan apresuradamente, que en lugar de coger por sorpresa a los sicilianos, fue sorprendido y atacado por la caballería siciliana de Roger de Lauria, siendo herido y hecho prisionero.