Ballechin House era una finca de estilo georgiano ubicada cerca de Grandtully, en el condado escocés de Perthshire, y construida en 1806,[1] en el sitio de una antigua casa señorial que había sido propiedad de la familia Steuart desde el siglo XV.[2]
En 1834, Robert Steuart (1806-1876)[3] heredó la casa y la alquiló mientras servía en el Ejército del Raj británico en la India.[2] Durante su estadía fuera, Steuart llegó a creer en la reencarnación.[4] Regresó a casa en 1850 y vivió allí con numerosos perros: se dice que declaró que regresaría en forma de perro.[3][4] El comandante Steuart no estaba casado, pero los rumores locales vinculaban su nombre con el de su ama de llaves, mucho más joven, que murió allí en 1873.[3][4] Tras la muerte de Steuart, la casa fue heredada por su sobrino John Skinner, quien asumió el nombre de Steuart.[5] Temiendo que su tío se reencarnara en la forma de uno de sus perros, el nuevo dueño supuestamente les disparó a todos.[4] De esta historia surgió la leyenda de que Robert Steuart se vio obligado a rondar la casa como un espíritu incorpóreo.[2] El primer embrujo reportado en la casa tuvo lugar en 1876; el testigo era una sirvienta de la casa.[2][6]
En 1897, John Crichton-Stuart, tercer marqués de Bute, organizó una investigación de la casa con la ayuda de investigadores paranormales de la Sociedad para la Investigación Psíquica.[2][6] Ballechin House era conocida como "la casa más encantada de Escocia",[6][7] con varias similitudes con el embrujo de la Rectoría de Borley, incluida la supuesta aparición de una monja fantasmal.[2] El equipo de investigadores lo conformaban el coronel Lemesurier Taylor y la célebre Ada Goodrich Freer.[8][9] En 1899, los fenómenos de la casa fueron serializados por el diario The Times en la colección llamada "The Alleged Haunting of B ---- House", editado por Crichton-Stuart y Freer, que reflejaba los avances de la investigación gracias a los aportes recogidos por el diario de trabajo de Freer.[2]
J. Callender Ross, que se había quedado en la casa, declaró a The Times que no había evidencia de disturbios sobrenaturales y consideró que toda la investigación era fraudulenta.[10] La Sociedad retiró material de un volumen de sus Procedimientos sobre la investigación y denunció a Freer. El investigador psíquico Frederic W. H. Myers, que originalmente apoyó la investigación, escribió en una carta a The Times que "dudaba mucho de que hubiera algo paranormal" en la casa.[11] Trevor H. Hall reveló que Freer era una investigadora poco confiable, había engañado a la Sociedad, plagiado material y mentido sobre su propia vida.[11][12]
Ballechin House estaba deshabitada en 1932, y la mayor parte de la casa fue demolida en 1963, después de un incendio, dejando solo las antiguas dependencias de servicio.[1][2]