La autodescarga es un fenómeno de reducción de la carga almacenada en baterías por medio de reacciones químicas internas sin que exista ninguna conexión entre los electrodos o cualquier circuito externo.[1] La autodescarga disminuye la vida útil de las baterías y da lugar a que inicialmente tengan una carga inferior a la completa cuando realmente se ponen en funcionamiento. La velocidad de autodescarga en una batería depende del tipo de batería, el estado de carga, la corriente de carga, la temperatura ambiente y otros factores.[2]
La autodescarga es una reacción química, al igual que la descarga en circuito cerrado, y tiende a ocurrir más rápidamente a temperaturas más altas. Almacenar las baterías a temperaturas más bajas reduce la tasa de autodescarga y conserva la energía almacenada inicialmente en la batería. También se cree que la autodescarga se reduce a medida que se desarrolla una capa de pasivación en los electrodos con el tiempo.
Tipo de batería | Recargable | Autodescarga típica o vida útil |
---|---|---|
Metal litio | No | 10 años de vida útil[3] |
Alcalina | No | 5 años de vida útil[3] |
Cinc–carbono | No | 2–3 años de vida útil[3] |
Ion litio | Sí | 2–3% por mes;[3] aprox. 4% p. m.[4] |
Polímero de litio | Sí | ~5% por mes «Lithium Polymer Battery Technology». Consultado el 14 de marzo de 2016. |
Baterías NiMH de baja autodescarga | Sí | Hasta un 0,25% por mes[5] |
Plomo-ácido | Sí | 4–6% por mes[3] |
Níquel-cadmio | Sí | 15–20% por mes[3] |
Níquel-metal hidruro (NiMH) | Sí | 30% por mes[3] |