El atentado del 4 de septiembre de 2025 ocurrió en Trujillo, en el noroeste del Perú, dejando como consecuencia nueve personas heridas y daños materiales.[1]
Atentado de Trujillo de septiembre de 2025 | ||
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![]() Imagen de CCTV que muestra el momento del impacto del atentado en el interior de una de las casas de los alrededores. | ||
Lugar |
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Coordenadas | 8°05′58″S 79°01′47″O / -8.0994166666667, -79.029805555556 | |
Blanco | Negocios y viviendas. | |
Fecha |
04 de septiembre de 2025 10:45 PM aprox. (UTC-05:00) | |
Arma | Explosivos | |
Heridos | 9 | |
Perpetrador | Mineros informales | |
El ataque se dio en la urbanización Las Quintanas, ubicada en la avenida Lizarzaburu, a las 10:45 p.m. (hora peruana), siendo el epicentro una casa de cuatro plantas que al momento del ataque se encontraba deshabitada, la casa estaba frente al parque Perpetuo Socorro.[1]
El arma utilizada fue dinamita propia de los mineros ilegales. El Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú, la Policía Nacional del Perú, y el SAMU acudieron para resguardar a las víctimas por la onda expansiva, las cuales fueron nueve y fueron trasladados a los centros hospitalarios más cercanos. Defensa Civil también acudió para analizar los daños materiales.[1]
El impacto llegó a sentirse en varios distritos de Trujillo Metropolitano, como Esperanza, Moche, Florencia de Mora y Huanchaco.[1] El vecindario del lugar del atentado informó que la casa esta relacionada con autos de alta gama y fiestas relacionados a la minería ilegal:
Venían en carros lujosos, hacían piques y no dejaban dormir.[1]
La PNP informó que capturo a dos posibles sospechosos del atentado, de acuerdo a las CCTVs de los alrededores.[2] En total el atentado dejó 30 viviendas afectadas, dos inhabitables y nueve personas heridas.[2][3]
El minero artesanal Roy La Rosa Toro Sánchez, quien es el dueño formal de la vivienda más afectada, mediante una entrevista a Exitosa con Nicolás Lúcar expresó que es el presidente de la Asociación de Mineros Ancestrales del Perú y que si bien no recibió amenaza de extorsión o cobro de cupos, si él y su organización había tenido roces con sujetos desconocidos en las minas bajo su poder desde el 1 de septiembre del mismo año.[4]
La Rosa había pedido ayuda tanto a la PNP como al ejército peruano por la presencia de extraños en las minas de la asociación, y luego de un primer enfrentamiento contra los mineros ilegales que estaban invadiendo progresivamente su propiedad en la que resultaron heridos tres militares;[5] la Asociación de Mineros y las fuerzas armadas estaban planificando otro operativo para expulsar a los intrusos, fue cuando se dio el ataque armado en su vivienda.[4] En paralelo la PNP le comunicó a La Rosa que se encontró dinamita, y Famesa le expresó que dicho explosivo era propiedad de la Compañía Minera Poderosa.[4]
Maura Sánchez Iparraguirre, madre de La Rosa, sería la verdadera dueña de la vivienda, y su hijo quien tenía los papeles formales, Sánchez estaba en el rubro minero y es beneficiada, como empresaria minera formal, de los operativos contra la minería ilegal en la provincia de Pataz.[6] Ella y su hermano Orlando Sánchez también tenían denuncias por el control de concesiones mineras, además de otras acusaciones de apropiación de tierras por parte de la Compañía Minera Poderosa. La familia Sánchez es beneficiada de la política del REINFO y es la principal competidora frente a Poderosa.[6]
La PNP también notificó que en la madrugada del 5 de septiembre del mismo año se tenía a tres sospechosos de nombre: Everet Quintero, Nilton Ravello y Fabrizzio Leyton; los cuales fueron detenidos por nueve días mediante una orden de prisión preventiva.[2][3]
El Ministerio Público comunicó la situación de los implicados:
En una rápida acción, fueron capturados los presuntos responsables de haber detonado una carga explosiva en el frontis de una vivienda en Trujillo, región La Libertad. Uno de los sujetos confesó el crimen ante la Policia.[2]
Leyton, con el alias Pelado, fue quien consiguió a los otros dos atacantes para participar en el atentado.[3] Los autores utilizaron una vivienda en la urbanización Los Altos de Valle Sol como base de operaciones para planificar el ataque, la policía procedió a intervenir dicho inmueble.[3]
El Ministerio de Salud registró que los vecinos víctimas de la masacre presentan mayor ansiedad, insomnio, ultrasensibilidad emocional, introversión y comportamientos propio de la paranoia. Vecinos con la enfermedad de Parkinson también vieron agravados su situación.[7]
El Gobierno Regional de La Libertad pidió al gobierno central que declare el toque de queda y Estado de excepción en la ciudad y pidió que se aplique «la pena máxima» a los detenidos.[8] Se registraron protestas contra el gobernador César Acuña, con frases como «¡Acuña, nunca más!».[9]