El Ateneo Musical Maestro Gilabert (también conocido como El Ateneo, Ateneo Maestro Gilabert o por sus siglas AMMG) es una banda de música de Aspe (Alicante).[1] Fundada en 1825, está considerada una de las bandas de música civiles más antiguas de España en activo.[2] Debe su nombre a Eduardo Gilabert Vicedo, uno de sus directores más destacados.[3] No obstante, a lo largo de su historia, la agrupación ha sido conocida bajo diversas denominaciones, como «Nuestra Señora de la Purísima Concepción», «Filarmónica de la Juventud», «La Constancia» y «Arte Musical».[4]
Ateneo Musical Maestro Gilabert de Aspe | ||
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Datos generales | ||
Origen | Aspe | |
Información artística | ||
Género(s) |
música clásica pasodoble zarzuela bandas sonoras | |
Período de actividad | 1825-actualidad | |
Miembros | ||
Alfredo Cerdán (director) | ||
La práctica musical en Aspe está documentada desde finales del siglo XVI, cuando se registra en actas municipales la contratación de charamiteros moriscos locales para acompañar festividades en Monforte del Cid. Además, en el siglo XVII se menciona la presencia de un conjunto de pífanos, tambores y trompetas originario de Aspe, que participó en celebraciones de carácter oficial, como los actos conmemorativos de la coronación de Carlos III.
El 2 de agosto de 1825 se constituyen los estatutos de la Banda de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, primera agrupación musical local documentada y germen del actual Ateneo.[5] El texto firmado por el presbítero y director Francisco Botella García junto a 21 músicos, establece una organización de carácter religioso, con participación obligatoria en actos litúrgicos.[6] Esta estructura se alinea con modelos similares de otras localidades valencianas, donde músicos vinculados a la parroquia —a menudo remunerados— facilitaron la creación de formaciones estables.
A lo largo del siglo XIX, las actas municipales muestran la continuidad de apellidos de músicos, lo que sugiere una transmisión familiar de la tradición bandística. La agrupación amplió progresivamente su participación a festejos civiles, más allá del ámbito religioso inicial. Las menciones a la asociación durante este periodo son esporádicas, pero se percibe una evolución en su papel dentro de la vida pública de Aspe, siguiendo un patrón común en el resto de la Comunidad Valenciana.[5]
En la segunda mitad del siglo XIX la formación adoptó diferentes denominaciones, entre ellas Filarmónica La Juventud[4] y posteriormente La Constancia, sostenida principalmente por aportaciones de socios protectores y convenios municipales. Bajo la dirección de músicos como Higinio Marín,[7] compositor y autor del Sermón de las Siete Palabras, obra de gran importancia para la tradición local,[8] y de Pablo Gutiérrez, la banda alcanzó estabilidad institucional y consolidó su presencia en actos locales y regionales.
En las primeras décadas del siglo XX, la banda continúa bajo el nombre de La Constancia y asume un papel activo en festividades de localidades vecinas. En esta etapa, Eduardo Gilabert recoge el testigo de Pablo Gutiérrez como director y consolida la tradición musical aspense. A partir de los años 20, la banda adopta el nombre de Arte Musical, dirigida casi ininterrumpidamente por Gilabert, que marca un periodo de estabilidad, adaptación al contexto político y crecimiento artístico.[9]
La actividad se interrumpió durante la Guerra Civil. En 1939, Eduardo Gilabert reorganizó temporalmente la agrupación, siendo sucedido en los años siguientes por Ramón Alcolea, discípulo suyo, y de manera interina por Vicente Albeza. En 1944 la banda se integró en la Obra Sindical de Educación y Descanso, y a partir de la década de 1950 pasó nuevamente a depender del Ayuntamiento de Aspe. En 1963 adoptó su denominación actual. Bajo la dirección de Alcolea, que permaneció en el cargo hasta 1974, la agrupación se estableció en su actual sede y consolidó su estructura asociativa.[10]
La incorporación de mujeres a la banda comenzó en 1974 con la entrada de cinco estudiantes —Ana María Botella Sorribes, Mª Pilar Sánchez Díez, Visitación del Valle Torres, María Nieves Pérez Cervera y Ana Pérez Aragón—, tras un proceso formativo iniciado el año anterior. Las primeras mujeres incorporadas a la banda tocaron flauta travesera, saxofón y clarinete.[4] Estos instrumentos coinciden con los que interpretaban las primeras mujeres en otras bandas valencianas, en un fenómeno que se generaliza a partir de los años 80. Antes de 1974, muchas mujeres con fuerte vínculo musical no pudieron integrarse en la agrupación, debido a barreras sociales o culturales. En esos años, su participación se centraba en actividades corales o en el estudio del piano, instrumentos tradicionalmente aceptados para su formación.[11][12]
Tras el primer grupo de mujeres en 1974, nuevas incorporaciones se produjeron a partir de los años 80. Desde entonces, el número de mujeres en la banda creció de forma constante, hasta equilibrarse con el de los hombres a partir del año 2007. La tendencia iniciada en los años 70 culmina, progresiva pero firme, con la plena integración de la mujer en la vida de la sociedad musical.
Desde los años 90, las sucesivas juntas directivas han impulsado proyectos para estabilizar y modernizar la sociedad musical. La Escuela de Música Maestro Alcolea se incorporó a la red de escuelas reconocidas por la Generalitat Valenciana y se fundó la Banda Juvenil Maestro Alcolea.
El Ayuntamiento de Aspe ha destacado la trayectoria del Ateneo con varias distinciones:
Adicionalmente, la agrupación ha obtenido diversos premios en certámenes nacionales e internacionales.
La dirección musical del Ateneo ha estado marcada por una notable estabilidad, con mandatos de larga duración que han permitido la consolidación de proyectos artísticos y pedagógicos a largo plazo. La figura del director ha evolucionado desde un rol principalmente litúrgico en el siglo XIX hasta el de director artístico en la etapa contemporánea.[2]
El primer director documentado, el presbítero Francisco Botella García, estableció las bases de una organización musical de carácter litúrgico con los estatutos fundacionales.[6] En el último tercio del siglo XIX, la figura de Higinio Marín destacó por su faceta como compositor, legando obras como el Sermón de las Siete Palabras, que permaneció en el repertorio de la banda durante décadas y se integró en la tradición local.[7][8]
La etapa de modernización llegó de la mano de Eduardo Gilabert Vicedo (c. 1915-1944), cuyo largo mandato transformó artísticamente la agrupación. Bajo su batuta, la entonces Arte Musical amplió su repertorio, incrementó su nivel técnico y sentó las bases de lo que sería su futuro Ateneo. Su legado como pedagogo y director fue continuado por su discípulo, Ramón Alcolea (1944-1974), quien consolidó institucionalmente la sociedad tras la Guerra Civil, gestionó su integración en la red de bandas municipales y dirigió el traslado a la sede actual.[4]
Entre los directores de la etapa contemporánea, destaca la figura de Ramón Ramos Villanueva (1988-1992), quien introdujo un repertorio de vanguardia y una perspectiva contemporánea en la agrupación. Ramos, formado en el Robert Schumann Institut de Düsseldorf y discípulo de Mauricio Kagel, fue un compositor de trayectoria nacional e internacional.[17][18] En 1990 dedicó la obra Passacaglia a la agrupación[19] y en el 2016 se le hizo un homenaje en el concierto tradicional de Santa Cecilia.[20]
La enseñanza musical ha sido una función esencial de la banda desde sus orígenes. Los estatutos de 1825 ya contemplaban la figura del Músico Mayor, encargado de instruir al resto.[21] En el siglo XX continuaron esta labor músicos como Vicente Verdú o Francisco Galinsoga Gil, bajo la supervisión de Eduardo Gilabert.
En décadas posteriores destacaron Antonio Benavente (clarinete), Francisco Asensi “Franqui” (trompeta) y Ramón Prieto (trombón), que formaron a generaciones de educandos desde dentro de la agrupación.
La creación de la Banda Juvenil Maestro Alcolea en 1994 supuso un paso decisivo en la profesionalización. Integrada como etapa intermedia entre la escuela y la banda titular, desarrolla una programación propia de conciertos y actividades.
Desde los años 90, la Escuela de Música Maestro Alcolea forma parte de la red oficial de centros de la Generalitat Valenciana, lo que implicó un aumento de alumnado, profesorado titulado y recursos.