Un ataifor es un plato hondo representativo de la vajilla andalusí, con su precedente geográfico inmediato en la pátera tardorromana de la vajilla áulica cordobesa, y esta a su vez en el fiale griego. Una descripción más completa, define el ataifor como recipiente de base convexa, paredes curvas y borde recto con el labio redondeado; plato o fuente para la presentación de alimentos en la mesa. Las piezas grandes (diámetro mayor de 25 cm), servirían de fuentes y las de tamaño menor, de platos.[1]
Del árabe طَيْفُور ṭayfūr,[nota 1] fue voz utilizada originalmente para designar una bandeja de azófar o latón que después se usó nombrando cualquier tipo de plato.[2] Su uso en el lenguaje doméstico ha desaparecido, pero está referenciado en abundantes documentos y en la literatura, tanto andalusí como castellana.
En arqueología, el ataifor es pieza habitual de las vajillas hispanomusulmanas, si bien, resulta conflictiva a la hora de su clasificación y diferenciación de otros vasos como cuencos, escudillas, platos y fuentes de la producción islámica en la península ibérica.[nota 2]
El investigador Rosselló Bordoy, en uno de sus estudios de terminología cerámica,[3] describe al ataifor como "plato de servicio con gran variedad de tipos; puede presentarse sin vidriar (ejemplares arcaicos) o vidriado (melaos, verdes, etc.). Es pieza rastreable en todas épocas y por sus distintas formas puede deducirse su cronología."
También se llama ataifor en el mobiliario musulmán a la mesita baja y redonda con apariencia de bandeja.[4]