El arte conceptual es un movimiento artístico en el que la conceptualización o la idea es más importante que la obra de arte como objeto físico o material.[1] Las ideas prevalecen sobre sus aspectos formales o sensibles a modo de que lo artístico es el concepto, favoreciendo la reducción a lo mental y prescindiendo de la realización material, indiferente a la técnica, el material o la forma que se utilice para representarlo.[2]
Varios autores hablan acerca del devenir del arte contemporáneo como un arte post-conceptual, sugiriendo el gran impacto que el arte conceptual en su origen ha tenido en la evolución general del arte en décadas posteriores.[3]
El Arte Conceptual de los sesenta fue una tendencia muy discutida. En parte por su interpretación como por su práctica y experimentación. [4][5]
El Arte concepto de los sesenta fue una tendencia controvertida. Algunas de las razones que fundamentan tal conclusión serían: la falta de acuerdo entre los críticos e historiadores actuales para situar las fuentes de su origen en los Estados Unidos, la dificultad para proponer una definición específica que pueda abarcar las variadas líneas de investigación empréndidas, e incluso, las divergencias de opinión para decidir quién es un artista conceptual, en el sentido completo del término, y quién lo es sólo parcialmente.Lara-Barranco, Francisco
La práctica del arte conceptual surgió en los años sesenta y se hizo popular a través de un grupo de artistas estadounidenses e ingleses[6] entre los que se encontraban Art & Language, Carl Andre, Robert Barry, Douglas Huebler, Joseph Kosuth y Lawrence Weiner. A menudo suele explicarse el arte conceptual como una reacción al formalismo que había sido articulado por el influyente crítico Clement Greenberg.[7] Sin embargo, la variedad de artistas que suscribieron simultáneamente y en diferentes contextos los fundamentos y estilemas del arte conceptual, hace difícil atribuirlo a una sola causa. La oposición a la Guerra de Vietnam, el feminismo, la instauración de una nueva economía del conocimiento y la proliferación de las TIC,[8] han sido citados por varios autores como factores decisivos en el origen del arte conceptual.[9] También es común relacionarlo con los ready-mades que el artista francés Marcel Duchamp realizó en las décadas de 1910 y 1920, en los cuales la obra artística ya no es interpretada como un objeto de contemplación fabricado por la mano de su creador, sino como un objeto de pura especulación intelectual.[10]
El contexto inmediato del arte conceptual proviene de los Estados Unidos y Europa tras la Segunda Guerra Mundial, al que hay que añadir artistas de otros países en Asia y Sudamérica. Destacan el compositor estadounidense John Cage con sus obras experimentales, y Robert Rauschenberg y Jasper Johns, que transformaron la pintura incluyendo objetos cotidianos y eventos fortuitos. En Japón podemos mencionar las acciones artísticas del grupo Gutai. En Francia e Italia, Yves Klein y Piero Manzoni respectivamente desarrollaron prácticas artísticas que contribuyeron a sentar las bases del arte conceptual.
Una obra conceptual se fundamenta en el texto -la escritura- por ser este el medio de transmisión de ideas. No obstante, con el tiempo, se ha complementado con otros recursos propios del campo visual tales como la fotografía, la performance y el vídeo, que constituyen otros medios expresivos desarrollados simultáneamente a partir de los años sesenta y que forman parte asimismo de los medios utilizados en el arte contemporáneo.
El fotoconceptualismo es un movimiento artístico que surgió en Vancouver, Colombia Británica (Canadá) en los años 1960 y 1970. El término ha sido usado para describir la salida fotográfica de una generación de artistas entrenados en Vancouver, entre ellos Jeff Wall, Rodney Graham, Ken Lum, Ian Wallace, Stan Douglas, Roy Arden, y Scott McFarland. Su trabajo es caracterizado por el formato de letras de gran tamaño, a menudo con la minuciosa mise-en-scène de detalles complejos.