Ernest Armand Dubarry, más conocido como Armand Dubarry, (Lorient, 28 de noviembre de 1836-1910)[1] fue un explorador, novelista y periodista francés. Trabajó en el periódico Journal des Voyages y editor del Musée des familles. Posteriormente, viajó a la colonia francesa de Dahomey, donde empezó a escribir sobre sus viajes por el continente africano, en su mayor parte, novelas de aventuras donde el autor establecía el papel de héroes filantrópicos a los colonos,[2] en su misión civilizadora, además de relatar las luchas de las tropas francesas contra los conos de insurgencia nativa.
Armand Dubarry | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
28 de noviembre de 1836 Lorient (Francia) | |
Fallecimiento | 1910 | |
Nacionalidad | Francesa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Arquitecto, militar y poeta | |
Algunas de sus obras, especialmente Voyage au Dahomey, han servido para relatar tanto la mentalidad del chovinismo y los imperios colonialistas de principios del siglo XIX, cuando empezó la carrera de las principales potencias europeas por conseguir el mayor número de territorios posibles, especialmente africanos, bajo colonias, protectorados, dominios o enclaves estratégicos. En muchos de sus relatos, se observa cómo justifica el fin "civilizador" de la mentalidad de la época.
Le nègre civilisé est capable, comme le blanc, des plus belles conceptions, des plus belles actions; le Nègre sauvage ou barbare est capable de toutes les turpitudes, et, malheureusement, Dieu sait pourquoi, il semble être condamné, dans son pays d'origine, à la sauvagerie, à la barbarie à perpétuité. Ses seules lois sont des passiosn bruatles, ses appétits féroces, les caprices de son imagination déréglée[3]El negro civilizado es capaz, como el blanco, de las concepciones más bellas, de las acciones más bellas; el Negro salvaje o bárbaro es capaz de todas las torpezas y, desafortunadamente, Dios sabe por qué, parece ser condenado, en su país de origen, al salvajismo, a la barbarie de por vida. Sus únicas leyes son las pasiones brutales, sus apetitos feroces, los caprichos de su imaginación salvaje.Armand Dubarry, Voyage a Dahomey (1879)