El camaleoncito coludo (Anisolepis longicauda) es una especie del género de lagartos trepadores Anisolepis, de la familia Polychrotidae. Habita en el centro-este de América del Sur.
Anisolepis longicauda | ||
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Estado de conservación | ||
Vulnerable (UICN 3.1)[1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Clase: | Sauropsida | |
Orden: | Squamata | |
Suborden: | Lacertilia | |
Infraorden: | Iguania | |
Familia: | Polychrotidae | |
Género: | Anisolepis | |
Especie: |
A. longicauda Boulenger, 1891 | |
Sinonimia | ||
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Además de camaleoncito coludo, también es denominado comúnmente camaleoncito colilargo, lagarto arborícola cola larga, lagarto arborícola coludo, lagarto coludo de bañado, lagartija arborícola, lagartija de los árboles, etc.[2]
Esta especie fue descrita originalmente en el año 1891 por el biólogo belga - inglés George Albert Boulenger.[3]
La localidad tipo es: «Riacho del Oro, provincia del Chaco, Argentina».
Para algunos autores las especies integrantes de Anisolepsis deberían ser colocadas en las familias Leiosauridae o en Iguanidae.[4]
La etimología del término genérico, Anisolepis, deriva del idioma griego, donde anisos significa 'desigual' lepis significa 'escama', en referencia a la heterogeneidad de la escamación. El epíteto específico longicauda deriva de las palabras en latín longi, que significa 'largo' y cauda, que significa 'cola', en alusión a su apéndice caudal notablemente largo.
Se diagostica por su extensa cola, la cual mide 18,7 cm en la hembra y 19,5 cm en el macho.
Este lagarto se distribuye por el noreste del Cono Sur de América del Sur.[5] Fue registrado en áreas de tipo chaqueño húmedo,[2] tanto en el área central del Paraguay,[6] como en la región del nordeste de la Argentina,[4] en las provincias de: Misiones —en el extremo sudoeste—, Corrientes —en el norte—,[7] Chaco —en el este—,[8] y en el nordeste de Santa Fe. Posiblemente también habite en el sudeste de Formosa, estando la localidad tipo muy próxima a esa provincia.
Anisolepis longicauda era una especie muy poco conocida hasta la inundación de la paraguaya isla Yacyretá, lo que permitió colectar varios ejemplares.[9]
Hasta 1994 se creía que era una especie exclusivamente arborícola y de cola prensil, ambos tópicos se demostraron incorrectos, al detectar ejemplares en altos pastizales y demás vegetación palustre en áreas inundables.[2]
En razón de su coloración críptica y comportamiento secretivo, muchos detalles de su biología permanecen ignorados. Se sabe que frente a una amenaza produce un bufido abriendo la boca y exhibiendo sus comisuras, las que presentan una coloración amarillo fuerte.[10]
Si bien este lagarto a nivel internacional no fue evaluado, en la Argentina ha sido categorizada como “especie amenazada” seriamente.[11][12] Según otros autores, su grado de peligro es más grave, por lo que recomendó que sea incluido en la categoría: en peligro crítico.[2]