Anima Christi (en castellano «Alma de Cristo») es una oración tradicional medieval de la Iglesia católica dirigida hacia Jesucristo. Compuesta en el siglo XIV o antes, esta oración busca una intensa unión mística con la persona divina de Jesús y forma parte de las oraciones de acción de gracias después de recibir el Cuerpo eucarístico de Cristo. La secuencia de frases del «Anima Christi» tiene asociaciones ricas con conceptos católicos relacionados con la Eucaristía (Cuerpo y Sangre de Cristo), el bautismo (agua) y la Pasión de Jesús (llagas de Jesucristo).[1]
Texto en latín | Texto castellano |
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El origen de esta oración es incierto, pero se supone que pudo haber sido compuesta en el siglo XIV. Hay aproximadamente veinte manuscritos de aquel siglo que la contienen. Un manuscrito del Museo Británico (ms. Harley 2253), datado c. 1340, contiene esta oración en una versión diferente. Ya en aquel siglo aparece traducida al alemán, al francés y al italiano. Fue atribuida diversamente a santo Tomás de Aquino, al papa Juan XXII, al Beato Bernardino de Feltre y a san Ignacio de Loyola. El manuscrito más antiguo conservado coincide con el pontificado del Papa de Aviñón Juan XXII. En diversos manuscritos se atribuía la autoría a este papa por haber otorgado al rezo de la oración tres mil días de indulgencias; esto contribuyó a su popularidad. En la biblioteca de Aviñón se conserva un libro de oración del cardenal beato Pedro de Luxemburgo, quién murió en 1387, que contiene el Anima Christi en una forma muy similar a la actual. También ha sido encontrada en una inscripción en el patio de las doncellas del Alcázar de Sevilla de la época de Pedro I de Castilla.
La oración Anima Christi consiguió una renovada difusión gracias a san Ignacio de Loyola por haberla prescrito en algunas meditaciones de sus Ejercicios Espirituales. En ediciones impresas posteriores de los Ejercicios se añadió el texto del Anima Christi, con el fin de facilitar su recitación por parte de los ejercitantes, y esto llevó a la suposición popular de que fue compuesta por el santo.[2] El Anima Christi se encontraba en libros de oración que utilizaba san Ignacio en su juventud.
El Enchiridion Indulgentiarum de 2004 concede la indulgencia parcial a los fieles de Cristo que rezan el Anima Christi después de haber recibido la Comunión.[3]