El angiosarcoma es un tipo de cáncer que se origina en la capa más interna - endotelio - de los vasos sanguíneos, o vasos linfáticos, de cualquier tejido del organismo.[1] Es una variedad de sarcoma poco frecuente que representa el 2% del total de sarcomas extirpados.[2][3]
Angiosarcoma | ||
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Fotografía microscópica de un angiosarcoma | ||
Especialidad | oncología | |
Síntomas | A menudo asintomático , síntomas inespecíficos comunes | |
Tipos | Hemangiosarcoma , linfangiosarcoma , angiosarcoma parenquimatoso | |
Factores de riesgo | Linfedema , radioterapia , varios productos químicos | |
Tratamiento | Quimioterapia, radioterapia , cirugía | |
Aparece con más frecuencia en áreas de la cabeza, cuello, mama —sobre todo después de radiación sobre el órgano—, hueso, hígado y bazo. En el 30 % de los casos el tumor se origina en la piel.
El angiosarcoma es un tumor maligno agresivo y de rápido crecimiento que tiene la particularidad de tender a reproducirse en el mismo lugar en el que se ha extirpado, por ello la cirugía no siempre es satisfactoria y se suele complementar con tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
Según su origen pueden dividirse en 2 grupos:[4]
• Primitivos o idiopáticos. No existe antecedente de enfermedad previa que justifique su aparición, se presentan habitualmente en la piel de la cabeza o en tejidos blandos y profundos.
• Secundarios. Existe un antecedente que justifica su aparición, por ejemplo radiaciones para el tratamiento de otro tumor previo, traumatismos graves o edema de origen linfático —linfedema—.