Un anfiteatro (del Griego antiguo 'amphithéatron') es un tipo de lugar público de la civilización romana, utilizado para acoger espectáculos y juegos como por ejemplo: los munera, luchas de gladiadores, y las venationes, luchas de animales. Los más antiguos se construyeron en madera a finales del siglo II a. C. Este tipo de edificio es una creación romana y no tiene antecedentes ni en Grecia ni en Asia Menor. Los anfiteatros podían ser construidos por una administración pública romana o privados, emprendido por algunos patricios o élites de ciudades de provincias.[1]
Aparte de su función, la diferencia más notoria entre un anfiteatro y un teatro romano clásico, es que el anfiteatro tiene forma circular u ovalada, mientras que el teatro es semicircular. También hay que diferenciar el anfiteatro del circo, que era utilizado para espectáculos de carreras y tenía una forma elíptica.
El graderío o cávea se divide en ciertas zonas, las cuales son cuatro zonas, siendo la inferior para los senadores y altos cargos de la administración romana, la zona media para la plebe y la superior para las mujeres y los carentes de derechos. Primero se construyeron con piedra tallada, posteriormente se utilizó el hormigón y se dispusieron arquerías y bóvedas.
El anfiteatro más conocido sin duda es el Coliseo de Roma, cuyo nombre era en realidad Anfiteatro Flavio (en latín Amphitheatrum Flavium).
Los restos de alrededor de 75 anfiteatros han sido encontrados en varias localidades de lo que en Edad Antigua fue parte del Imperio romano. Entre estas localidades se encuentran:
Forman parte del arte romano en Hispania.