Las iglesias del altiplano chileno son un conjunto de iglesias y capillas católicas ubicadas en el extremo norte de Chile, entre las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. Fueron construidas entre los siglos XVII y XVIII, durante el proceso de conquista y colonización española del actual territorio chileno. Son representativas de la introducción de la cultura y religión católica en la cultura andina y del nacimiento de un sincretismo cultural.[1]
Arquitectónicamente las iglesias del Altiplano chileno son representativas del estilo barroco andino, fruto de la unión entre la estética y el imaginario religioso europeo, y los materiales y técnicas de construcción de los pueblos indígenas de la zona.[2]