Amonfareto, hijo de Poliadas, fue un lochagoi espartano durante la batalla de Platea en el 479 a.C. Su nombre significa "de valor irreprochable".
Previo a la batalla, los ejércitos griego y persa acamparon uno frente al otro durante diez días en la llanura de Platea, ocurriendo pequeñas escaramuzas entre ambos bandos. Finalmente, los persas interrumpieron el suministro de agua y alimento helenos, por lo que los griegos se vieron obligados a buscar un nuevo campamento.
Para contrarrestar la amenaza persa los griegos idearos un plan. El contingente principal de griegos abandonaría el campamento durante la noche, con los espartanos protegiendo la retaguardia. Al llegar la hora en que los espartanos debían ocupar la retaguardia, Amonfareto se negó a abandonar el campo de batalla sin luchar, insistiendo en que la Gran Retra espartana prohibía la retirada. El regente espartano, Pausanias, tuvo que emplearse a fondo y gastar una considerable cantidad de tiempo para obligar a Amonfareto y a su unidad a seguir la retirada del resto del ejército girego.
Mientras tanto, en el campamento persa su lider, Mardonio, observaba la retirada griega y el aparente abandono del contingente espartano. Esto le llevó a lanzar una carga apresurada, con lo que el ataque persa estaba desorganizado ya antes de que se iniciara la batalla. Mardonio pronto cayó muerto y el ejército persa fue derrotado.
Terminada la batalla, Amonfareto fue encontrado muerto, habiendo perdido la vida en el combate.
Además de la batalla de Platea, existe otra mención de Amonfareto (en el Solón de Plutarco ) como uno de los cinco espartanos que arbitraron la disputa sobre la isla de Salamina entre los ciudadanos de Atenas y Megara. El veredicto fue favorable a Atenas.