Almarraja, almarraza, almorraja o «almorratxa» (en catalán) pueden referirse a diversos recipientes de vidrio, originalmente usados para regar o rociar. El diccionario de la Real Academia española los define semejantes a garrafas con el vientre perforado.[1][a]
Para Nebrija, almarraxa era una vasija de vidrio con el cuello muy estrecho (y asociado a la tipología de las damajuanas, por su uso). También antiguamente, y en el lenguaje popular se usaba como sinónimo de botijo, cántaro o «vasija para rociar».[2]
De origen islámico,[b] se documenta su fabricación en Cataluña en el siglo xvi, en los talleres artesanos de vidrio de Barcelona y Mataró, llegando a ser importadas a Venecia, como parece sugerir el hecho de que entre las copas venecianas pertenecientes a Felipe II, anotadas en una relación de 1564, se mencionen «cuatro frascos de almorratxes de tamaño pequeño». También aparecen en el ajuar personal de Carlos I durante su retiro en el monasterio de Yuste.[3] Su uso se extendería a lo largo del xviii como botellas para rociar perfumes.[4][5]
Se considera en algunos estudios, junto el porrón, recipiente morfológicamente autóctono de Cataluña.[6] Pueden contemplarse en exposición en el Museo del Diseño de Barcelona, así como en la Biblioteca Museo Víctor Balaguer de Villanueva y Geltrú que conserva un ejemplar del xviii.[7]