Alfredo Julio Armas Alfonzo (Clarines, Estado Anzoátegui, Venezuela, 6 de agosto de 1921-Caracas, Venezuela, 9 de noviembre de 1990) fue un escritor, crítico, editor, historiador y fotógrafo venezolano. Es tomado como unas de las grandes figuras del realismo mágico, de la literatura fantástica y unos de los pioneros del microrrelato.[1][2]
Alfredo Armas Alfonzo | ||
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![]() Armas Alfonzo en 1956. | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
6 de agosto de 1921 Clarines, Venezuela | |
Fallecimiento |
9 de septiembre de 1990 (69 años) Caracas, Venezuela | |
Nacionalidad | venezolana | |
Familia | ||
Cónyuge | Aída Beatriz Ponce Hernández (matr. 1951; fall. 1990) | |
Hijos | ||
Educación | ||
Educado en | Universidad Central de Venezuela | |
Información profesional | ||
Ocupación | escritor, crítico, editor, historiador | |
Distinciones | ||
Firma | ||
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Alfonzo pasó su infancia en Puerto Píritu, y más tarde concurrió a sus primeras clases de periodismo en la Universidad Central de Venezuela en Caracas.Trabajó para el Servicio de Correos en Barcelona y para compañías petroleras del oriente venezolano. También fue corresponsal en el oriente venezolano del diario caraqueño El Nacional. Publicó una columna en este diario hasta su muerte en 1990.[1] Fue fundador de la revista literaria Jagüey, y organizó y presidió la primera conferencia de la Asociación Venezolana de Periodistas.
Alfonzo continuó escribiendo para varios periódicos y fundó y dirigió revistas como El Farol y Nosotros, además de trabajar para el gobierno y para la «Creole Petroleum Corporation» (compañía petrolera).
En 1949 publicó Los Cielos de la Muerte. En 1962 renunció a la Creole Petroleum Corporation y comenzó a trabajar en la Universidad de Oriente, donde creó la Dirección de Cultura.[1] En 1969 recibió el Premio Nacional de Literatura. Entre 1970 y 1971 se desempeñó como vicepresidente del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes. En 1975 se unió como miembro de la Comisión Organizadora del Consejo Nacional de Cultura (CONAC).
Su obra desarrolla un estilo imaginativo y es conocida por su literatura impresionista, donde el lector está expuesto al mundo particular del autor. Sus personajes se destacan por ser personas modestas, típicamente rurales y que demuestran la esencia del ser nacional venezolano.[3]
Su obra más conocida y que es indicada como su obra cumbre es El osario de Dios. Son más de cien cuentos en los cuales el autor describe su mundo fantástico.
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Su obra fue traducida a diversos idiomas, entre ellas ruso, checo, francés, italiano e inglés.[1]