Las alelomonas o aleloquímicos son compuestos químicos emitidos por una especie que actúan sobre una especie diferente a la del emisor.[1] Es importante no confundirlas con las feromonas, que actúan sobre la misma especie que la emisora.
Las alelomonas se pueden dividir, en función de quién se “beneficia” del mensaje, en tres grupos: alomonas, kairomonas o sinomonas.
Las alomonas benefician al organismo que las emite.[1][2] Un ejemplo serían las secreciones repelentes en animales, como las de las mofetas, o las sustancias que emiten las plantas carnívoras para atraer a sus presas.[1]
Las cairomonas son compuestos químicos cuyo efecto beneficia al receptor.[1][2] Por ejemplo, sustancias emitidas por una presa que atraen al depredador.[1]
Las sinomonas benefician tanto al receptor como al emisor.[1] Un ejemplo sería el néctar que atrae a los polinizadores en las flores, o las sustancias que producen los simbiontes en las micorrizas.[3]