Agua de vertiente es una película chilena de cine mudo de 1924, dirigida por Antonio Acevedo Hernández y que adquirió notoriedad al ser la primera producción cinematográfica de dicho país en presentar un desnudo femenino.[1][2]
Agua de vertiente | ||
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Ficha técnica | ||
Dirección | ||
Producción | Eleuterio López Ortiz | |
Guion | Antonio Acevedo Hernández | |
Fotografía | Gregorio Pardo | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Chile | |
Año | 1924 | |
Idioma(s) | Español | |
Compañías | ||
Productora | Cruz del Sur Films | |
Ficha en IMDb | ||
La película narra la historia de dos hombres, que encarnaban las representaciones del bien y del mal, que luchaban por el amor de una misma mujer en un contexto de tradiciones chilenas y escenas costumbristas como peleas sin guantes y rodeos típicos.[1][3] El protagonista, Don Pedro (Manuel Sánchez), era calificado como «un moderno Quijote» que usaba los puños en vez de lanzas, y en una de las escenas aparece una mujer bañándose desnuda en un río.[4]
La película estaba basada en la obra teatral homónima de Antonio Acevedo Hernández, quien también dirigió la versión cinematográfica.[4] Las escenas fueron grabadas en la hacienda El Ingenio, perteneciente a Alberto Mackenna Subercaseaux,[3] y la producción estuvo a cargo de Compañía Cruz del Sur Films, siendo Gregorio Pardo el camarógrafo y Eleuterio López Ortiz el productor encargado.[4]
El elenco de Agua de vertiente estuvo compuesto por el boxeador Manuel Sánchez, Hilda Blancheteaux, el escultor Víctor Martínez Carter, el dibujante Pedro Orrego, el cómico Heraclio Gajardo,[5] Rosa Acevedo Hernández[6] y la bailarina María López; esta última sería quien realizó la escena del desnudo en el río luego que Blancheteaux se negara.[4]
Luego de varias postergaciones aduciendo ajustes técnicos,[7][8] la película fue estrenada el 25 de noviembre de 1924 en los teatros Brasil y Esmeralda de Santiago,[9] siendo calificada como un éxito y al día siguiente fue exhibida en los teatros Esmeralda, Septiembre y O'Higgins.[10] Posteriormente fue exhibida en otras salas de la capital chilena, como por ejemplo los teatros Avenida, Providencia y República.[11]
El diario La Nación señalaba que la película nacional era «quizá la mejor que se haya hecho en materia cinematográfica, ya que su fotografía es de una perfección tan adelantada».[11] Mario Godoy Quezada señala que la película escandalizó a un grupo de mujeres santiaguinas debido a la escena del desnudo, quienes realizaron gestiones para prohibir su exhibición, las que no rindieron frutos.[4]