Un agente literario es un representante editorial que media entre el escritor y otros agentes como la editorial, tanto a nivel nacional como internacional, para encontrar el mejor contrato de edición de la obra de su representado.[1]
Por su labor, un agente literario es:
En definitiva, el agente se encarga de las funciones administrativas para que el escritor pueda concentrarse en escribir.[2]
Este es un mercado que ha innovado muy poco y ha mantenido un modelo de negocio sin muchas variaciones desde sus inicios. El modelo tradicional funciona pagando un porcentaje de cada contrato que consiga el agente o agencia, este porcentaje puede ser desde el 20% a 60% del valor del contrato y en algunos casos puede incluir participación en las regalías generadas por la explotación de la obra del autor, además de un pago mensual para viáticos del agente.[3] Este modelo hace difícil que los autores sin mucho recorrido o que vayan a publicar por primera vez, sean aceptados en las agencias y ser representados ante las editoriales.
En España, uno de los agentes literarios más importantes fue Carmen Balcells, cuya agencia ha estado representando a los más importantes escritores de habla hispana. A nivel internacional, Andrew Wylie es considerado el agente literario más poderoso e influyente del mundo; al frente de su agencia representa a más de 700 escritores de todo el mundo, entre los cuales hay un buen número de premios Nobel de Literatura.[4]
Con base en el informe del agente literario internacional Guillermo Schavelzon y su manual de buena conducta:[5]
El escritor Ramón Cerdá ha escrito sobre la necesidad o no del agente literario:
...no desaconsejo la figura del agente, pero tampoco afirmo que sea imprescindible, ni siquiera si se publica con una buena editorial. Hay autores que negocian por sí mismos los contratos con la editorial y se evitan los porcentajes del agente… cada caso es un mundo. Hoy por hoy, yo no tengo agente, aunque eso no me genera estrés porque ya no lo busco. Tampoco descarto hablar con alguno si contactan conmigo para pasarme una oferta; el mundo editorial se mueve y hay que estar atento a esos movimientos.Ramón Cerdá ¿Puedo vivir sin agente literario?