La agalmatofilia es una parafilia consistente en sentir deseo sexual hacia una estatua, muñeco, maniquí u otro objeto figurativo similar.
La atracción puede incluir urgencia por contacto sexual efectivo con el objeto, una fantasía de tener encuentros sexuales o no sexuales con una instancia animada (o inanimada) del objeto preferido, el observar encuentros entre objetos de este tipo o el placer sexual obtenido de pensamientos de ser transformado o transformar a otro en el objeto deseado.
La agalmatofilia puede también incluir el pigmalionismo (del mito de Pigmalión) que denota amor por un objeto de creación propia.[1]El poeta inglés Edmund Spenser escribió sobre el pigmalionismo en algunas de sus obras.[2]
La agalmatofilia es un término del siglo XX que designa una medicalización de la erotización de las estatuas, ampliamente atestiguada en la medicina legal de finales del siglo XVIII y del siglo XIX.[3]Hay pocos casos históricos reales. Richard von Krafft-Ebing registró en 1877 el caso de un jardinero que se enamoró de una estatua de la Venus de Milo y fue descubierto intentando tener relaciones sexuales con ella.[4]