Actores itinerantes (en japonés: 旅役者, romanizado: Tabi yakusha) es una película de comedia japonesa de 1940 dirigida por Mikio Naruse. Está basada en un cuento de Mushū Ui.[1][2][3]
Tabi yakusha (旅役者) | ||
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Título | Actores itinerantes | |
Ficha técnica | ||
Dirección | ||
Producción | Himuro Teppei | |
Guion |
Mikio Naruse Mushū Ui (cuento) | |
Música | Fumio Hayasaki | |
Fotografía | Seiichi Kizuka | |
Protagonistas |
Kamatari Fujiwara Kan Yanagiya Minoru Takase | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País |
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Año | 1940 | |
Estreno | 18 de diciembre de 1940[1][2] | |
Género | Comedia | |
Duración | 71 minutos[1][2] | |
Idioma(s) | Japonés | |
Compañías | ||
Productora | Tōhō | |
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Una compañía de teatro kabuki de Tokio, liderada por el «famoso» Nakamura Kikugoro VI (Minoru Takase), llega a un pueblo rural para una serie de actuaciones. Jin (Zekō Nakamura), el barbero del pueblo, a quien convencieron para que patrocinara el evento, se da cuenta de que la «estrella» es solo un actor que usa el famoso apellido familiar como truco publicitario.
Mientras busca borracho y enojado a su socio comercial Wakasaya (Kō Mihashi), Jin destruye accidentalmente la cabeza del disfraz de caballo de los actores Hyoroku (Kamatari Fujiwara) y Senpei (Kan Yanagiya). Cuando Hyoroku se niega a actuar con el traje mal arreglado, Kikugoro decide utilizar un caballo real para la obra y hace que Hyoroku sea el mozo de cuadra. Este, borracho y furioso por la degradación, se pone el traje de caballo con Senpei y ahuyenta al caballo real.
En años posteriores, el director Mikio Naruse citó está película, a pesar de las intervenciones de los censores durante la producción, como uno de sus proyectos favoritos.[4] La biógrafa de Naruse, Catherine Russell, consideró a Actores itinerantes, junto con Hideko, cobradora de autobús (1941) y ¡Qué hermosa es la vida! (1943), como parte de una serie de películas con un «giro interesante sobre los principios de la política nacional en el sentido de que apuntan a un cierto carácter sagrado de la vida cotidiana [...] y personajes que adquieren algún tipo de comprensión de [su] valor».[5]
La película se proyectó en el Archivo Cinematográfico de Harvard en 2005 como parte de su retrospectiva sobre su director, Mikio Naruse.[6]