Abel Enrique Prieto Jiménez (Pinar del Río, Cuba, 11 de noviembre de 1950)[1] es un profesor, cuentista, escritor y político cubano. Ministro de Cultura de Cuba en dos ocasiones y actual Presidente de la Casa de las Américas, desde 2019.
Abel Prieto Jiménez | ||
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![]() Abel Prieto en 2019 | ||
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![]() Ministro de Cultura de Cuba | ||
1997-2012 | ||
Presidente |
Fidel Castro (1997-2008) Raúl Castro (2008-2012) | |
Predecesor | Armando Hart Dávalos | |
Sucesor | Rafael Bernal Alemany | |
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![]() Ministro de Cultura de Cuba | ||
2016-2018 | ||
Presidente | Raúl Castro | |
Predecesor | Julián González Toledo | |
Sucesor | Alpidio Alonso Grau | |
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![]() Presidente de la Casa de las Américas | ||
2019-Actualidad | ||
Presidente | Miguel Díaz-Canel | |
Predecesor | Roberto Fernández Retamar | |
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Información personal | ||
Nacimiento |
11 de noviembre de 1950![]() | |
Nacionalidad | Cubana | |
Religión | Ateísmo | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de La Habana | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor y político | |
Partido político | Partido Comunista de Cuba | |
Miembro de | Unión de Escritores y Artistas de Cuba | |
Abel Enrique Prieto Jiménez nació el 11 de noviembre de 1950, en la ciudad de Pinar del Río, Cuba. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad de La Habana y posteriormente ejerció como profesor de Literatura.
Fue director de la Editorial Letras Cubanas. Nombrado presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, pasó luego a ser Ministro de Cultura.
Fue autor de los relatos Los bitongos y los guapos (1980) y Noche de sábado (1989). En 1999 publicó la novela El vuelo del gato.
Fue ministro de cultura desde 1997 hasta marzo de 2012,[2] cuando fue designado asesor del entonces presidente cubano Raúl Castro.[3]
Volvió a ser Ministro de Cultura de manera interina entre 2016 y 2018.[4] En 2019, pasó a ser Presidente de la Casa de las Américas.[5]
En su libro Música y Revolución, Robin D. Moore afirma que, como ministro de Cultura, Prieto "apoyó una mayor movilidad internacional de los artistas y les concedió mayor autonomía en la concesión de licencias para sus obras en el extranjero. Defendió la libre circulación de películas controvertidas como Guantanamera y la creación de estatuas a figuras como John Lennon".[6]