22 o 26 de agosto: Julio César comanda la primera invasión romana de Britania, posiblemente una expedición de reconocimiento, en respuesta a que los britanos habían ayudado a sus enemigos galos. Puede que actuara también en apoyo de Mandubracio, príncipe exiliado de los trinovantes, cuyo padre Imanuencio fue derrocado y muerto por su rival Casivelauno alrededor de esta época. Debido al mal tiempo y las revueltas en la Galia la expedición logra poco, pero el Senado Romano decreta veinte días de acción de gracias cuando la expedición regresó sana y salva a la Galia.