El Senado romano aprueba la moción senatus consultum ultimum, que el cónsulLucio Opimio interpreta en el sentido de que le da un poder ilimitado para conservar la República. Reúne una fuerza armada de senadores y sus partidarios para enfrentarse a Cayo Graco. Se lucha una cerrada batalla en el interior de Roma, lo que da como resultado la muerte de Graco y muchos de sus seguidores.